Viktor Orban no cede al chantaje de la UE. La ley que prohíbe «el adoctrinamiento LGTBI en las escuelas» no será eliminada

Ayer, 17 jefes de Estado firmaron otra misiva denunciando unas supuestas discriminaciones inaceptables hacia las minorías sexuales en Hungría. Los 17 han pedido a la Comisión Europea que actué, que abra un procedimiento de infracción contra Hungría y recurra inmediatamente esa ley al Tribunal de Justicia.

El presidente de Países Bajos Mark Routte- recientemente envuelto en un escándalo en relación a unas ayudas sociales- ha sido duro contra el líder húngaro.

Hungría debe revocar su ley anti LGTBIQ y respetar los derechos fundamentales recogidos en los tratados. Es un club de valores y no son negociables, si no dan marcha atrás deberían irse (…) ya no tendrían cabida en la UE

-Mark Routte.

Routte también ha advertido que la Unión Europea no puede convertirse en un mero bloque comercial.

Orban, por su parte, no ha hecho demasiado caso a la enésima declaración de intenciones de otros países de la unión en su contra. El líder húngaro ha pedido a los otros líderes nacionales que se limiten a leer la ley para comprobar que no hay nada de malo en ella.

«Lo primero que tienen que hacer es leer la ley y luego hablar, no al revés (…) Soy un luchador y defensor por los derechos de los homosexuales«

-Viktor Orban.

La ministra de Justicia húngara se ha pronunciado sobre las duras acusaciones que su Gobierno ha recibido en los últimos días.

Las palabras de Rutte son otro episodio del chantaje político habitual. Hungría no se quiere ir de la UE, al revés, queremos salvarla de los hipócritas.

Mientras viva, lucharé con todas mis fuerzas para que los húngaros nunca tengan que arrodillarse ante Rute o cualquier otro colonialista

-Judit Varga, Ministra de Justicia de Hungría.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha sido tajante: «El artículo 50 está para algo».

En esta línea, el portugués Costa ha recordado que si Hungría no está contenta con esta unión tiene otras alternativas, en referencia a países como Reino Unido, Suiza o Noruega.

«Los contribuyentes suecos están hartos de mandar dinero a países en los que no se respetan los «valores europeos»» ha dicho el ahora ex primer ministro saliente de Suecia, Stefan Lofven.

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