AVT es la mayor asociación de víctimas del terrorismo en España agrupando a más de 4.000 víctimas.
Hoy ha emitido hoy un duro comunicado contra el Gobierno al que acusa de haber «ultrajado» la dignidad de las víctimas después de negociar y conseguir el apoyo de Bildu para sus Presupuestos Generales del próximo año.
Denigra a las víctimas y deja que los verdugos gobiernen
AVT sobre el acuerdo entre PSOE y Bildu.
El anuncio del apoyo de Bildu a los PGE se ha producido solo unas horas antes de conocerse que el Ministerio del Interior autorizó el acercamiento de otros cinco presos de ETA al País Vasco (dos de ellos asesinos de los Jiménez-Becerril).
Según la AVT, son ya 103 presos de ETA trasladados con el Gobierno de Sánchez. De llos 18 son directamente al País Vasco y Navarra. 25 tienen delitos de sangre y otros 15 han sido procesados al tercer grado o régimen de semilibertad.
El acto fue entendido como una «muestra de la voluntad del Gobierno de España para trabajar en el proceso de socialización», según defendió la vicelehendakari socialista, Idoia Mendia.
AVT no es la única asociación o grupo social, más allá de la oposición y la derecha sociológica, que ha criticado la controvertida decisión del Presidente del Gobierno de España.
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (COVITE) también ha cargado contra el Gobierno por que considera que se ha convertido en un «legitimador de la única fuerza política que justifica la violencia terrorista, el asesinato, el secuestro, la extorsión y la persecución como herramientas válidas para hacer política».
Críticas en el propio PSOE.
Los sectores centristas y más moderados del PSOE, aunque también otros cercanos a Sánchez, han criticado que los nuevos PGE vayan a ser aprobados con los votos de Bildu.
El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, criticaba cualquier acuerdo con Bildu: «Ver a Otegi siendo clave para decidir los PGE, del Estado que combatió desde un grupo terrorista, me produce una sensación muy dolorosa. En lo personal iré a la farmacia a buscar un antiemético».
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha dejado claro que «con Bildu ni los buenos días».
Otros como Carmona (que el otro día firmó junto a pesos pesados del partido un manifiesto en favor del castellano en Cataluña) y el presidente de Aragón, Javier Lambán han criticado también el acercamiento a ERC, a quien han tachado de «aliado inquietante», frente a lo que supondría un pacto con la formación de Arrimadas, un «socio y aliado muy tranquilizador».
María Jesús Montero, ministra de hacienda y Nadia Calviño, ministra de economía, ni siquiera habían sido informadas del acercamiento a la izquierda abertzale.
Esta última se ha negado a llevar a cabo la derogación de la reforma laboral de 2012 como exigían Bildu y Unidas Podemos.
Algo parecido ha ocurrido con la cúpula del PSOE en País Vasco (PSE), que no estaba enterada del acercamiento y, aunque no lo critican exactamente lo ven totalmente innecesario desde el punto de vista de la aritmética parlamentaria.
Además, han recordado que Bildu no es cualquier partido, es la sucesora de Batasuna.
En Ferraz dicen ser conscientes del estupor que ha causado esta toma de contacto, pero declaran que una votación en contra de los presupuestos hubiese sido catastrófica para el país.