Es un secreto a voces que las garras de la izquierda más rancia de nuestra sociedad quieren acceder a las instituciones a través de las asociaciones profesionales que representan a los militares.
Comenzaron informando en redes sociales sobre el estado de la alimentación y los cuarteles, y han acabado señalando a compañeros y mandos a los que les acusan de fascistas al más puro estilo de las Checas. Sin embargo, no debería hacerse extraño que la Tropa y Marinería cada vez se sienta más alejada de sus mandos y de la naturaleza propia de las Fuerzas Armadas.
Que se encuentren en una escala damnificada y olvidada, en la que tienen fecha de caducidad, solo hace que los propios miembros de la misma, no se encuentren identificados con quienes, a priori, deben velar por sus intereses.
Es lógico que los grupos más ultras de la izquierda española han descubierto un nido de votos dentro de una Tropa y Marinería descontenta con las diferencias de trato y profesionalización con respecto a otras.
Así mismo, están incluyendo poco a poco, con más o menos éxito, personal de dicha escala para atraer el voto de la tropa
Y no es de extrañar, ya que la mayoría de partidos que abogan por una defensa de los intereses de las Fuerzas Armadas en general, no cuentan con miembros en los que la escala más significativa del ejército se encuentre identificada.
Varios exmiembros de las Fuerzas Armadas, prácticamente en su totalidad de escalas superiores, militan en diferentes partidos
Algo que hace que quienes más sufren no se identifiquen con dichos partidos ni estamentos, al encontrarse literalmente lejos de ellos. Donde en más de una ocasión, los mismos que dicen representar ahora a los soldados, son los que cuando estaban en activo no querían saber nada de ellos.
Esto ha facilitado que la izquierda, siempre con su discurso fácil, haya adelantado “por la derecha”, casi enterrando el discurso de otros partidos por más que hagan.
En definitiva, estamos dirigiéndonos a unos empleados públicos que están siempre a la orden, dispuestos para acudir allá donde se les precise, con unas características tan poco comunes que cualquier jefe querría tener como empleados, pero con unas condiciones deleznables de trabajo y, unos sueldos muy alejados de unas Fuerzas Armadas del siglo XXI.
El ser soldado no lleva implícito que tengan que olvidar las necesidades que requiere cualquier trabajador
Se encuentran a años luz de lo que les hicieron jurar como soldados españoles viendo como son la última opción para cualquier beneficio, y los primeros para los puestos y misiones mas sufridos sin recibir ningún tipo de compensación.
No puede haber tanta lejanía entre las escalas y políticos con quienes están para dar su vida por el país, porque ello alimenta el odio de quienes necesitan ganar una guerra que provocaron en su día, para alzarse con todo.
Por suerte, no todo está perdido aún.
“Uno está más seguro de influir en los hombres y producir más efecto sobre ellos con absurdos que con ideas sensatas”.
Napoleón Bonaparte
El Partido popular elimino el servicio militar obligatorio,creando un modelo de profesionalización de las Fuerzas Armadas heredando para la Escala de Tropa un carácter temporal,hace 15 el PSOE saco una ley que ampliaba el contrato hasta los 45 años.
Ambos partidos o el bipartidismo de Atapuerca nos están utilizando mientras externaliza los servicios que deberímos de realizar la tropa especialista.
Es normal que si viene los extremos,pues nos dejemos querer pero por el momento solo han cumplido vox.
Podemos prometió hasta que metió y luego sobre he visto no me acuerdo.