Tan cerca… y a la vez tan lejos. Es lo que se suele decir cuando rozas el éxito pero, finalmente, no lo consigues. Algo así le ocurrió anoche al Logroñés. Los de Sergio Rodríguez protagonizaron uno de los mejores partidos de la temporada. La dinámica positiva que vimos el pasado fin de semana en Zaragoza quedó consolidada esta jornada ante la Ponferradina. Sin embargo, unos últimos veinte minutos de infarto privaron a la Unión Deportiva Logroñés de esa ansiada y necesitada victoria.
Los riojanos saltaron al césped de El Toralín con el propósito de dar la sorpresa ante un equipo que, a día de hoy, se encuentra séptimo. Y vaya si lo hicieron. Pese a los minutos iniciales de dominio local, los blanquirrojos se hicieron rápidamente al partido y, poco a poco, fueron sintiéndose más cómodos, especialmente en la faceta ofensiva. La primera ocasión clara del Logroñés llegó en minuto doce, concretamente tras un balón al área de Iñaki al que cerca estuvo de llegar Andy, pero que finalmente no consiguió rematar. Sin embargo, la alegría no tardaría mucho en llegar: Iñaki, tras un magnífico pase de Olaetxea en el área, ejecutó un potente disparo imparable para Caro.
Con el gol a favor, los riojanos se animaron, incluso desde fuera del área, a buscar el segundo tanto en los minutos restantes del primer tiempo antes de poner rumbo a vestuarios.
La segunda mitad arrancaría con un Logroñés entregado. Los locales lo pasaron mal durante muchos minutos hasta el punto de que Andy rozaría el segundo gol con un disparo que no encontró portería por muy poco tras un error de la defensa. Así, con la Ponferradina sin lograr entrar en el partido, el Logroñés anotaría el segundo por intermediación, de nuevo, de Iñaki. El capitán protagonizó un grandísimo encuentro y no perdonó la segunda ocasión clara que tuvo en sus botas tras una bonita jugada en la que participaron Paulino y Petcoff.
Sin embargo, poco duraría la tranquilidad de los dos goles de ventaja. En el minuto 75 Aguza puso la directa y se abrió paso entre toda la zaga del Logroñés para disparar a puerta. El balón, rechazado por Iñaki, llegaría a los pies de Kaxe que no perdonaría ante Miño.
Con el susto en el cuerpo, ambos conjuntos empezaron a vivir un final de partido frenético. Primero lo pasó mal el equipo de Sergio Rodríguez, que trató de salvaguardar la ventaja que todavía tenía en el marcador. La Ponferradina, metida en el encuentro, no dudaría en incrementar la marcha y buscar el segundo. Con un Jaime Sierra que abandonaba el césped por lesión, el Logroñés encajaba el segundo tanto de los locales, ejecutado por Yuri desde los once metros, tras una mano de Gorka Pérez. La incredulidad era máxima.
No obstante, el conjunto blanquirrojo, que a punto estuvo de ver cómo le remontaban el partido por un posible penalti que finalmente no fue señalado por el colegiado, puso en aprietos a la Ponferradina en los últimos minutos del encuentro. De hecho, Caro se erigió en salvador para los suyos por dos manos espectaculares: la primera ante el cabezazo de Bobadilla que se iba adentro precedido de un córner; y, después, tras un magnífico disparo de Rubén Martínez que a punto estuvo de encontrar puerta.
De esta manera, y con el tiempo cumplido, el Logroñés pierde la renta de los dos goles cosechados a lo largo del partido, pero continúa ganando en sensaciones, aunque, como dijo el míster en rueda de prensa, “lo que cuentan son los puntos, y nos hacen mucha falta”. El equipo de Sergio Rodríguez, pese a no haber conseguido la victoria, continuará una jornada más fuera de las posiciones de descenso a falta de diez finales y con una imagen que invita al optimismo. La próxima cita: el sábado en Las Gaunas ante el Tenerife.