Un español en Alemania. Navidad y Año Nuevo

Mientras llegan la Navidad y el Año Nuevo, miles de migrantes siguen su vida lejos de España y sus seres queridos.

Los recuerdos y la tristeza inundan nuestra mente, algunos trabajamos ese día, otros descansan, pero en ambos casos, nos encontramos lejos de la tierra que nos vio nacer.

No hace falta ser un portento para intuir las Navidades que tendremos los españoles en el extranjero. La inmensa mayoría estaremos más que tristes por una u otra razón, pues el panorama se presenta un poco oscuro. No se atina a mirar con claridad el mañana.

Los tropiezos con que la política nos obsequia a los emigrantes nos presentan un panorama desolador. El cuándo y cómo saldremos del pozo resultan un ejercicio de adivinación para unos pocos elegidos por los cielos.

La pandemia ha sido determinante sin duda alguna. España ha estado tan castigada por este mal, que los libros de historia estarán marcados por mucho tiempo mostrando los estragos de este fatídico 2020.

Me espanta esta situación y me pongo en la piel de los que han tenido que echar cerrojazo a sus negocios para siempre. Múltiples despidos, empresas quebradas y personas en bancarrota han sido los protagonistas de un 2020 que parece no tener final. Para muchos emigrantes es muy difícil pensar en otro futuro o siquiera pensar en la palabra futuro.

Escuecen las imágenes de “las colas del hambre”. Se asoman a las noticias una vez y otra para nuestro espanto. Aún por los muchos seres queridos e insustituibles para sus familias que ya no están; volaron hasta los luceros.

Un nuevo tipo de migrante

Los emigrantes en Alemania estamos muy tristes y casi depresivos debido a esta situación, si no nos mata el coronavirus lo hará la tristeza. Para muchos, estas serán las navidades más duras de nuestras vidas.

Me temo que la marca de turrón que se hizo famosa por aquella publicidad en la que un hijo que vivía lejos de sus padres regresaba a casa por Navidad y que tantos nudos en la garganta provocó deberá cambiar de anuncio. A muchas familias ya no nos representa.

No, este año no volveremos a casa por Navidad, adiós a ese acto ineludible para los tan necesarios reencuentros familiares.

Somos muchos los emigrantes que nos encontramos solos y nos sentiremos aún más solos. Pero eso no será un consuelo para enfrentarse a las navidades más tristes que hubiéramos podido imaginar.

«Es el primer año que voy a pasar lejos de mi familia, se siente mucho dolor, todas las noches me pongo a llorar echando de menos a la familia. Esto nunca me había pasado, el salir fuera de España y dejar la familia así. Nunca, siempre todas las navidades habíamos estado juntos toda mi familia». Esto es lo que me cuenta Maite Pérez, de Madrid.

Personas como Maite se encuentran lejos de casa, no por elección, sino por necesidad: la de reconstruir su futuro.

«Es la primera Navidad que no voy a estar con ellos, estoy triste, pero la situación de precariedad, me hizo salir de España para tener una vida digna». Me reitera Maite Pérez.

Estos mismos sentimientos son compartidos miles de inmigrantes que dejamos en algún momento España y a nuestros seres queridos con el fin de llegar a nuestra meta: alcanzar y vivir en carne propia el llamado sueño Europeo.

La pandemia provocada por el coronavirus Covid-19 se ha llevado por delante a millones de víctimas. Junto a ello sufrimos la pérdida de familiares y amigos, y los múltiples despidos.


Nace un nuevo perfil de emigrante arruinado por el coronavirus.

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1 respuesta

  1. Jose Camarero Sánchez dice:

    Emigrar nunca es fácil, pero en estos tiempos está la cosa más jodida que nunca… y más si hablamos de Alemania.

    Preciosa ciudad Wuppertal, por cierto. Parece mentira que en ella naciera el nefasto Engels.

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