Polonia no está dispuesta a todo por contentar a la Unión Europea y crecen las tensiones

El primer ministro Morawiecky ha abandonado el tono conciliador de otras ocasiones para plantarse ante lo que considera el intento de atropellar la soberanía polaca.

«Nunca seremos una provincia de la Unión Europea» ha sentenciado el primer ministro. Así calentaba lo que será el próximo Consejo Europeo de esta semana.

Este jueves y viernes, los 27 se verán las caras en un consejo en el que debatirán distintos temas del estado de la unión relativos a las migraciones, la energía, el cambio climático o los asuntos exteriores.

Tras la decisión hace unas semanas del Tribunal Constitucional polaco de poner en duda la primacía del derecho comunitario sobre el polaco. Esa decisión fue secundada después por el propio Ejecutivo del país eslavo, que ha intentado ser conciliador desde entonces a ahora, pero parece que ya empieza a cansarse.

Si bien otras veces el primer ministro Mateusz Morawiecky ha tratado de rebajar tensiones, hoy ha sido muy claro y un tanto combativo. Morawiecky no solo ha defendiendo las decisiones de su Gobierno; también ha atacando el paternalismo, el intrusismo y la ambición «centralista» de la UE. Asimismo, ha avisado de que, de seguir por ese camino, la Unión va directa a la destrucción.

Sin embargo, Morewiecky reconoce la primacía del derecho europeo. Es la autoridad del Tribunal de Justicia de la Unión la que el mandatario ha cuestionado, razonando que si la Constitución se debe amoldar a la Unión, entonces los países no son soberanos.

En este sentido ha añadido que nadie duda de la primacía del derecho europeo (tema sobre el que él mismo escribió un libro hace años, irónicamente). Ahora bien, sostiene que tiene que haber límites, porque si no «Polonia se convertiría únicamente en una provincia de la UE, gestionada desde Bruselas, algo que nunca aceptaremos. Sí al universalismo de la UE, no al centralismo«.

Futuro Incierto.

Como dato importante, el Ejecutivo polaco todavía no ha publicado en su boletín oficial la decisión de acatar o no la sentencia del Constitucional de su país, por lo que el enfrentamiento directo con la UE todavía puede ser sorteado.

Morewiecky cree en este sentido que la EU es demasiado grande, demasiado ambiciosa y que quiere controlar los ámbitos sobre los que no tiene, en teoría, competencia directa. «Os escribo esta carta para tranquilizaros, pero al mismo tiempo para preocuparos«, empieza diciendo un documento remitido a las capitales de los 27.

Deseo aseguraros que Polonia sigue siendo un miembro leal de la Unión Europea. Una Unión Europea que es una organización basada en Tratados comunes, establecida por todos los Estados miembros que han confiado una serie de competencias a instituciones comunes y han regulado conjuntamente muchos ámbitos de la vida a través del Derecho europeo. Polonia respeta esta ley y reconoce su primacía sobre las leyes nacionales, de conformidad con todas nuestras obligaciones en virtud del Tratado de la Unión Europea. Sin embargo, al mismo tiempo, quiero preocuparos y llamar la atención sobre un fenómeno peligroso que amenaza el futuro de nuestra Unión: deberíamos estar preocupados por la transformación gradual de la Unión en una entidad que dejaría de ser una alianza de estados libres, iguales y soberanos para convertirse en un organismo único, gestionado centralmente, dirigido por instituciones privadas del control democrático de los ciudadanos. de los países europeos. Si no detenemos este fenómeno, todos sentirán sus efectos negativos. Hoy puede afectar a un solo país; mañana, con un pretexto diferente, a otro

Mensaje del Gobierno polaco

El primer ministro holandés, Mark Rutte, es uno de los principales abanderados de la causa federalista y partidaria de «castigar» a países como Polonia o Hungría, e incluso, recientemente, también Eslovenia por varias decisiones tomadas por su primer ministro Janez Jansa.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, no quiere que la sangre llegue al río. Llamó la semana pasada a ambas capitales europeas, pidió contención, diálogo. Michel preferiría arreglar las cosas a puerta cerrada para no dañar la imagen de la Unión.

Como Rutte, la presidente de la Comisión, Ursula von der Leyen, también ha defendido la mano dura contra los estados díscolos que osan desafiar el proyecto europeísta que su partido (CDU) abandera. Ella es partidaria de activar el Artículo 7, lo que privaría a Polonia de voto en el Consejo y en la toma de decisiones comunitarias, una situación sin precedentes en la UE. Sin embargo, esa decisión requiere una unanimidad que, por ejemplo, países como Hungría, no permitirían.

Entre tanto, el enorme monto de dinero (unos 36.000 millones de euros a corto plazo y hasta 150.000 millones en seis años) para el Plan de Recuperación Post Covid de la UE sigue retenido. En caso de que ese dinero no termine llegando a Polonia, estaríamos hablando de un gran palo para la economía del país centroeuropeo.

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