Pedro I y Enrique II. La guerra civil que asoló las tierras de España desde el año 1354 al 1369

Parece ser que históricamente los tiempos complejos, difíciles, turbulentos, y que producen cierta división de intereses entre capas importantes de la sociedad afectada, son proclives a las felonías y traiciones.

Momentos inestables que precisan de un equilibrio. A veces se logra a un alto costo que la Historia contempla con asombro. Es el caso de la guerra civil que asoló las tierras de España desde el año 1354 al 1369. Una lucha fratricida que enfrentó a Pedro I, rey legítimo, contra su hermanastro Enrique II.
Un punto en que el desarrollo dinástico de la monarquía Hispánica iba a sufrir un cambio absoluto en el devenir de su línea sucesoria, dando paso a la dinastía de Trastámara.
Este título era de Enrique II desde 1345 al ser nombrado conde de Trastámara – del latín, Tras Tamaris, más allá del río Tambre – por parte de Rodrigo Álvarez de las Asturias y que iba a dar nombre, en su momento, a una dinastía nueva, que tan decisiva iba a ser años después, en la figura de Isabel I de Castilla.

Antecedentes históricos

Urraca I, hija de Alfonso VI (no confundir con su hermana, señora de Zamora) se casa con Raimundo de Borgoña, convirtiéndose en la primera mujer en Europa en ejercer un reinado de pleno derecho. Estos engendraron a Alfonso VII “El Emperador”.

Esta dinastía con sus monarcas sucesivos gobernó en Castilla hasta el año de la muerte de Pedro I.

Pedro I accedió al trono a los 15 años de edad, en el 1350. Su padre, Alfonso XI falleció durante el asedio a Algeciras al contraer la Peste Negra.

Al principio no se interesaba demasiado por los asuntos políticos, siendo más aficionado a la caza y a la equitación, estando el reino en manos de un aristócrata de origen portugués, D. Juan A. de Alburquerque.

Por otro lado, Enrique era el tercer hijo natural de Alfonso XI y de su amante Leonor de Guzmán con la que tuvo un total de diez hijos. Ésta fue ejecutada poco tiempo después de la muerte de Alfonso por orden de María de Portugal la reina viuda. Enrique, que se hallaba en Asturias en esos momentos, se rebeló contra Pedro por la ejecución de su madre.
Fueron los comienzos de una guerra fratricida que enfrentaría a Pedro I, convertido ahora en primogénito por la muerte de sus dos hermanos mayores y monarca legítimo, contra su hermanastro Enrique II durante más de quince largos años.

Ambos se procuraron inmediatamente alianzas internacionales:

Enrique, había recabado la ayuda de Francia en la persona de un mercenario bretón de gran fama, Beltrán du Guesclin, héroe de la Guerra de los Cien Años.
Pedro, acudió a Eduardo de Woodstock, llamado Príncipe Negro en referencia a la armadura que portaba, primogénito de Eduardo III de Inglaterra. Nombrado príncipe de Gales y de Aquitania.

Y, es precisamente a esa corte a la que acudió exiliado Pedro I de Castilla después de un primer revés bélico. Más tarde, partiendo precisamente de Aquitania entró en España por Navarra, derrotando a las huestes mercenarias de Enrique, las famosas Compañías Blancas, en Nájera, siendo capturado también Beltrán du Guesclin y un buen número de nobles franceses que le acompañaban.

Se pidió rescate por él – y por los demás – al rey francés y, una vez recibido el mismo, éste volvió a Francia donde se había refugiado Enrique.
Fue entonces cuando la guerra de España cambió de suerte.

El Príncipe Negro se enemistó con Pedro, al no cumplir éste con sus prometidas recompensas, volviéndose a Aquitania. Pedro se vio nuevamente solo con la ayuda única e intermitente del Rey de Granada.

Enrique, enterado de las dificultades por las que estaba pasando su hermanastro, volvió a entrar nuevamente en España junto a du Guesclin y sus mercenarios, conquistando gran parte de Castilla y poniendo sitio a la ciudad de Toledo. Pedro buscó entonces refugió en Andalucía – Córdoba y Sevilla eran sus plazas más leales – ayudado por las tropas que le envió el rey nazarí.

Antes de acudir a socorrer Toledo, para guardarse las espaldas armó la fortaleza de Carmona y partió hacia Alcántara. Su intención era formar el grueso de su ejército con refuerzos procedentes del norte. De allí se dirigió hacia Calatrava para taponar los posibles refuerzos que podrían llegarle a Enrique.

Sin embargo, éste, previendo el movimiento de su hermanastro se adelantó y le sorprendió en Montiel con su ejército aún no completo y desorganizado venciéndole.
Pedro, a última hora y con parte de sus nobles logró escapar y se refugió en un castillo próximo a Montiel llamado de la Estrella, una gran fortaleza, pero que no estaba en condiciones óptimas para resistir un largo asedio.

Parece ser que, para tratar de solventar una situación tan delicada en esos momentos, el rey mandó emisarios secretos a entrevistarse con Beltrán du Guesclin con ofertas cuantiosas – al fin y al cabo era un mercenario – si se pasaba a su bando y le permitía además la huida. Du Guesclin informó enseguida a Enrique de la oferta recibida y éste le prometió igualar la cantidad si, además, llevaba a su hermanastro a una encerrona.

Y, llegamos a la noche adversa, a la noche en que la Historia tras una peripecia, un respingo, cambia de vía y opta, cosas del destino, por otra distinta, aunque próxima. Y así fue, du Guesclin quedó con el rey para la noche del 22 al 23 de marzo en una determinada posada y Pedro acudió. Enrique, informado de la llegada de su hermanastro se dirigió hacia la misma y entrando armado hasta los dientes exclamó:

  • “¿Dónde está ese judío hideputa?
  • ¡El hideputa seréis vos, pues yo soy hijo legítimo del rey Alfonso!»

A continuación, se entabló entre ellos una pelea furiosa. Pedro, más corpulento que su hermanastro, enseguida derribó a Enrique. Sin embargo, du Guesclin, que estaba presente, agarrando a Pedro por una pierna le hizo caer, ocasión que aprovechó Enrique que apuñaló a su hermanastro hasta matarlo. El regicidio constituyó el fin de la dinastía de Borgoña.
La felonía del bretón, incluso dentro del bando del propio Enrique levantó cierta indignación y numerosas críticas, dado que aún los códigos de lealtad y caballerosidad estaban presentes. El mercenario tratando de disculparse de las mismas exclamó la frase famosa que pasó a la historia: “Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”.
Desde ese momento Enrique para hacerse con la voluntad de nobles y ciudades concedió donaciones, privilegios, bienes y rentas con largueza, por lo que fue llamado “El de las Mercedes”. Al mismo tiempo, planificó una campaña de propaganda intensa de desprestigio para arruinar la fama de Pedro, acusándole de aberraciones, judaísmo, abusos y crueldades – no muchas más de las que él cometió – y empezó a llamarle en los pergaminos heráldicos “El Cruel”.

Pronto iban a surgir las amenazas exteriores al tener que hacer frente a Fernando I de Portugal. Reaccionó sitiando y ocupando Braganza y firmando con éste la Paz de Alcoutin.

Casi sin pausa tuvo que librar una intensa lucha contra Inglaterra y Navarra, derrotando a los ingleses en la batalla naval de La Rochela y firmando con Navarra la Paz de Santo Domingo.
Sin embargo, nuevamente reverdeció la guerra con Portugal. Usando la armada bloqueó el puerto de Lisboa y puso sitio a las plazas de Almeida y Viseo que además ocupó, obligando otra vez a Fernando I a firmar un nuevo tratado, la Paz de Santarem.

En una política internacional inteligente, Enrique II estableció alianzas matrimoniales entre sus hijos y los de los reyes de Navarra, Aragón y Portugal, consiguiendo cerrar muchos de los frentes abiertos y la consolidación de su dinastía.

Le sucedió en el trono su hijo Juan I de Castilla.

Juan I, fue sucedido por su hijo Enrique III.

Enrique III fue sucedido por su hijo Juan II.

Juan II fue sucedido por su hijo Enrique IV.

A Enrique IV “El Impotente”, le sucedió su hermanastra Isabel I de Castilla.

(Continuará)…

Blog del autor: eneas7.blogspot.com

2 comentarios en «Pedro I y Enrique II. La guerra civil que asoló las tierras de España desde el año 1354 al 1369»

  1. GENIAL EL ARTÍCULO.
    DONDE VEMOS QUE, EN CUALQUIER LUGAR DEL MUNDO Y DE LA HISTORIA, HAY TRAICIONES, VENGANZAS Y COMPRAS DE SERVICIOS !!!!
    QUE ASCO !!!

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