Miles de franceses católicos se han manifestado los dos últimos fines de semana frente a las puertas de iglesias y Catedrales de toda la nación con el objetivo de pedir al Gobierno que permita de nuevo el culto, prohibido en las medidas impuestas en el confinamiento.
Esto ha sido considerado por los manifestantes como una vulneración del derecho de libertad religiosa y ha llevado a jóvenes fieles a organizar convocatorias a través de las redes sociales.
La primera, tras la aprobación de la Prefectura, ocurrió el fin de semana del 8 de noviembre en Nantes pero reunió a bastantes más manifestantes de los que las autoridades esperaban. Más de 600 personas acudieron la primera vez.
Este segundo fin de semana se ha vuelto a repetir, aunque esta vez se ha extendido por muchas ciudades francesas y ha reunido a miles de creyentes. Según diferentes declaraciones, jóvenes de diferentes lugares vieron lo ocurrido en Nápoles y empezaron a organizar más manifestaciones.
A vistas de una reunión con el ministro del Interior, los obispos franceses han preparado un protocolo exhaustivo con medidas muy precisas para todos los actos religiosos; entre ellas una que fija la tasa de aforo en las iglesias en un 30%. Todas con el objetivo de evitar la propagación del Covid-19 pero respetando la libertad de culto.