Nicolás Maduro se habría dado por vencido en la gestión pública de PDVSA.
Según Reuters, el proceso se estaría llevando a cabo al estilo ruso, discretamente y sin querer despertar muchas atenciones para, entre otras cosas, no decepcionar a la extrema izquierda mundial. El único sector ideológico para el que Venezuela es una especie de modelo a seguir.
El objetivo es atraer capitales privados venezolanos y extranjeros para la apertura de negocios conjuntos valorados en 77.000 millones de dólares.
De esta forma, el país sudamericano podría sortear cierta sanciones internacionales y sacar adelante su actualmente ruinosa economía.
En la práctica esto supondría volver a privatizar, al menos parcialmente, la que en su momento fue la quinta corporación más grande del mundo, venida a menos por la terrible gestión de los dos sucesivos dictadores que han gobernado Venezuela durante dos décadas.
Movimiento discreto orquestado por Rusia.
El proceso se estaría llevando a cabo sin pasar por licitaciones públicas ni regulaciones legislativas.
Se presenta bajo el clásico secretismo modelo ruso. Debe tenerse en cuenta que PDVSA pasó al control de Moscú en 2019.
Reuters señala que Venezuela necesita 58 mil millones de dólares para volver a los niveles de producción de 1998, antes de que Chávez asumiera el poder trayendo consigo la decadencia de la corporación.
PDVSA aporta el 95% de sus exportaciones a los ingresos al país.
La producción ha caído de 3,5 millones de barriles a menos de 500.000 barriles diarios.
El ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, ha prometido subir la producción a 1,5 millón de barriles diarios este año, pero la meta no parece realista.
El régimen de Maduro obliga a los inversores a firmar contratos de confidencialidad.
La alianza con Rusia se concretó en marzo de 2019, cuando la filial de PDVSA en Europa mudó sus oficinas de Lisboa a Moscú al comenzar el bloqueo de EE.UU.
El capitalismo ruso se hace con activos estratégicos que ambiciona el capitalismo anglosajón.
Normal, el pastel se reduce y todos los tiburones quieren zamparse al pez pequeño.
Maduro es un comunista raro raro.
Cuando la derecha liberal venezolana vuelva al poder supongo que no va a cuestionar la propiedad privada de los recursos energéticos?
En fin, comunismo y capitalismo según convenga. Nada nuevo bajo el sol.