El día 26 de Mayo de 2019 los logroñeses volvían a acudir a las urnas para elegir un nuevo alcalde, y en esa cita con las urnas, los logroñeses decidieron otorgar la confianza mayoritaria al PSOE encabezado por Pablo Hermoso de Mendoza, y mandar al PP a la oposición, al rincón de pensar.
Los motivos que llevaron a los ciudadanos a mandar al PP de nuevo a la oposición en el Ayuntamiento de Logroño pueden ser diversos, y muchos de ellos justos, pero no me toca a mí hablar de ello.
Desde aquellas elecciones, la ciudad ha visto un retroceso en todos los aspectos, ha aumentado de forma preocupante la suciedad en las calles, han abandonado el dialogo social con todo tipo de colectivos, han incumplido promesas, han echado para atrás contratos por mero interés ideológico y con una pandemia de por medio han implantado lo que ellos llaman “urbanismo táctico”, que en realidad es un urbanismo sectario, acusador e ideológico.
El ayuntamiento de Logroño está llevando a cabo todas estas operaciones sin hablar con la oposición, ni con los vecinos, ni con los comerciantes. Se han inventado el movimiento “Logroño calles abiertas”, que no ha conseguido, ni mucho menos, abrir la ciudad a los pueblos de alrededor, ha cerrado la ciudad entorpeciendo los accesos a la misma, perjudicando gravemente al pequeño comercio.
El Ayuntamiento de Logroño no es capaz de resolver las demandas de los ciudadanos. Han destrozado calles fundamentales para el comercio como República Argentina, o Vara de Rey, cuyo nudo, a día de hoy, sigue parado y sin proyecto. Han gastado litros y litros de pintura, y lo único que han conseguido han sido destrozar la ciudad accesible y cómoda que era para todos, tanto los vecinos de Logroño como todos los que nos visitaban.
No han cumplido sus promesas, y se han desentendido de todo lo que dijeron. El concejal de deportes, Rubén Antoñanzas, prometió por el mes de diciembre de 2019, que, para enero de 2020, todas las butacas del Municipal de Las Gaunas estarían cambiadas, y a día de hoy siguen exactamente igual, y no solo eso, con un terreno de juego en unas condiciones desastrosas, el peor de toda la categoría de plata del futbol español. El Ayuntamiento no se preocupó durante el Estado de Alarma del estado del césped, ni del cambio del mismo, y ha pasado lo que todos vemos hoy.
Logroño no se merece un Ayuntamiento de estas características, y lo peor de todo es que solo hay un partido que sea una verdadera oposición y el cómo se deben hacer las cosas.
Ante un Cs desaparecido, es el PP, el que ha recuperado el diálogo con todos los colectivos, para trasladar la voz de los vecinos a las instituciones, y volver a hacer de Logroño una ciudad de todos, una ciudad para todos.