Los intentos avasalladores de la UE no cejan. En plena crisis, con los impuestos y los costes de la luz, gas y alimentos absurdamente disparados, vuelven a atacar los bolsillos de los ciudadanos.
La UE ya tiene un acuerdo para endurecer las restricciones de emisiones centrándose en el transporte, los edificios -los de particulares incluidos- los residuos, la basura y la agricultura.
Tal endurecimiento comprende un nuevo diluvio de restricciones, prohibiciones e impuestos ecologistas. Tanto el Parlamento Europeo como el Consejo han dado el visto bueno al paquete de medidas cuyo objetivo aparente consiste en:
«Incrementar la ambición del Reglamento de Intercambio de Esfuerzos (ESR) de la UE».
El plan incluye establecer:
«Objetivos anuales vinculantes de emisión de gases de efecto invernadero para los Estados miembros en sectores que no están actualmente incluidos en el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (ETS de la UE)».
Traducido, esto quiere decir que a partir de ahora, todo incumplimiento será sancionado
OBJETIVOS Y MEDIDAS PUNITIVAS
El objetivo global consiste en elevar la reducción de las emisiones para los sectores de construcción, agricultura, residuos, pequeña industria y transporte del 29% al 40% para 2030.
Lo que significa que se pondrá en marcha una nueva batería de prohibiciones e impuestos centrados en el campo, los hogares, las pequeñas empresas industriales, las basuras y residuos y por supuesto, el transporte.
Según ha indicado la UE:
«Ejemplos de posibles medidas que los Estados miembros pueden tomar para reducir las emisiones y alcanzar sus objetivos: promoción del transporte público; adaptación de los edificios; sistemas de calefacción y refrigeración más eficientes; o prácticas agrícolas más respetuosas con el clima».
Este acuerdo pretende ser un paso más en la consecución del Acuerdo Verde Europeo, concretamente alcanzando los objetivos marcados por el paquete legislativo «Fit for 55».
Tales medidas punitivas se sumarán al fin a la venta de coches nuevos emisores de CO2 en Europa a partir de 2035
Antes de que nada pueda aplicarse, el acuerdo deberá ser adoptado formalmente por parte del Consejo y el Parlamento, aunque con casi toda certeza saldrá adelante.
Posteriormente, la legislación se publicará en el Diario Oficial de la Unión y entrará en vigor.
EL ACUERDO VERDE EUROPEO
Es el nombre elegido para la estrategia de la UE a largo plazo para presuntamente conseguir que:
«Europa sea climáticamente neutra en 2050».
Este nuevo y severo endurecimiento de las políticas climáticas, energéticas, de transporte, uso de la tierra y fiscales -objeto de la revisión del Reglamento de Reparto de Esfuerzos- fue una de las propuestas presentadas en julio de 2021 por la Comisión. El objetivo consiste en reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030, en comparación con los niveles de 1990:
«Lograr estas reducciones de emisiones en la próxima década es crucial para que Europa se convierta en el primer continente neutral desde el punto de vista climático del mundo en el año 2050 y haga del Acuerdo Verde Europeo una realidad».
Las medidas, según la UE, están pensadas para:
«Cumplir con los objetivos acordados en la Ley Europea del Clima y transformar la economía y sociedad para lograr un futuro justo, verde y próspero».