La inopia verde

Cuando los políticos descuidan sus relaciones en todos sus ámbitos o las camuflan de una u otra manera, salen las verdaderas caras del sujeto a elegir. Cuando un líder se cree que tiene detrás una fiel mayoría, se condena a desaparecer de la escena política.
Vox, que surgió como la reacción natural al abandono de la “derecha española”, o sea el Partido Popular, pronto pasó y digo pasó, porque hace tiempo que no son lo que dicen que son y que hacen lo contrario que promulgan, a ser lo mismo que todos y beber de la partitocracia patria.
Ser azote de las peligrosas tonterías de este gobierno está muy bien y desde la oposición no está mal, pero desde el poder de un gobierno regional es otra cuestión
Por esto y no por otras cuestiones se explica el tirón electoral que tiene Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. No deja pasar un ataque de la izquierda sin contraatacar y argumentar, pero gobierna para los madrileños.
Los años electorales hacen que los partidos políticos cometan muchos errores, por falta de tiempo, por la necesidad de estar más presentes en los medios, por la necesidad de enfrentarse con dureza y también, incluso se puede hasta hacer lo de Rocío Monasterio y no apoyar los presupuestos de la Comunidad.
Sin perjuicio a que salga el Juan García-Gallardo de turno, la elección de candidatos trampolín como por ejemplo la última, elegir a un nonagenario Ramón Tamames como candidato a una Moción de Censura, algo que por pura humanidad no lo deberían haber planteado.
Ramón, ¿de verdad?
Si este movimiento se trata de una cuestión de fondo, en un asunto irrenunciable, bienvenida sea toda la ayuda, pero si es una cuestión electoralista, la única justificación posible es que el resultado acabe con resultados adversos. Bastante han jugado ya con nuestros mayores, como para que Vox haga lo mismo.
Las encuestas las carga el Diablo y hay que tomarlas con suma precaución, pero si es verdad que al final, Vox se queda como está, en pleno proceso de destrucción de España, de nuestra economía, de la democracia y de la convivencia entre españoles, habrá que preguntarse ¿por qué señor Santiago Abascal? ¿qué trató con el señor Cebrián y el de Teléfonica?
En una guerra no vence el más fuerte, la pierde el más débil, por eso Sun Tzu afirmaba, que “lo mejor para la victoria es dejar que el enemigo persista en sus errores”, vamos lo que hace Vox desde hace años y en todos los territorios.