Tanto por iniciativa de los obispos como por exigencia de Unidas Podemos, el próximo curso la asignatura de religión va a cambiar mucho.
En primer lugar, la situación de la asignatura de Religión en el currículo escolar cambia significativamente. Ahora, ni contará para la nota media ni tendrá alternativa obligatoria.
El currículo de Religión es elaborado por la Conferencia Episcopal, tal y como se establece en los acuerdos entre el Estado y la Santa Sede. Eso se mantiene, como no podía ser de otra manera.
Ahora bien, este lunes han publicado el contenido de los borradores de la mencionada asignatura para Infantil, Primaria y Educación Secundaria Obligatoria. Son varios los cambios conceptuales que se introducen. Para empezar, la asignatura da un giro «progresista» en cuanto al enfoque. A partir de ahora, la igualdad entre sexos, la inclusividad y otros conceptos contemporáneos, serán parte nuclear del currículo de la asignatura.
Cambios de peso por primera vez en 40 años.
Los grandes cambios sociales e ideológicos que ha experimentado la sociedad española en las últimas décadas, así como la propia Ley Celaá y la presión de la izquierda política, han forzado cambios sustanciales en la asignatura de religión.
La propia Conferencia Episcopal ha asumido muchos de los relatos dominantes en la actualidad hasta el punto de introducir las nuevas ideas, algunas de las cuales son cuestionados por multitud de fieles católicos, en el borrador para la nueva asignatura.
En la redacción del proyecto ‘Hacia un nuevo currículo de Religión’ han participado teólogos, pedagogos, sociólogos y profesores. La idea directriz marcada por los mismísimos obispos ha sido la de fomentar «el diálogo y una convivencia respetuosa en una sociedad democrática cada vez más plural«. Toda una declaración de intenciones y principios.
En Primaria, el borrador propone que los alumnos adquieran «hábitos para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la mejora de la convivencia y el cuidado del planeta». Se pretende que desarrollen «una visión cristiana de la interdependencia, ecodependencia e interrelación». Por supuesto, no podían faltar en estos tiempos ideas como «desarrollar respeto por la multiculturalidad y la diversidad religiosa» o «el desarrollo de su afectividad, el reconocimiento de la plena igualdad entre niños y niñas«.
Asimismo, la idea pasa por «tomar conciencia de las situaciones sociales injustas y desarrollen actitudes de solidaridad y misericordia para crear entornos de convivencia agradable e inclusiva».
Uno de los cuatro puntos torales del Concordato ya lo acaban de tumbar, cortesía también de la cobardía de gran parte de la jerarquía eclesiástica. No aventuro ni profetizo, pero prefirieron sacrificar la enseñanza a la economía eclesial. Espero no amén al dinero más que a Dios, porque San Mateo habla muy bien de los falsos pastores…