Jorge Mario Bergoglio, un agente más de la Agenda 2030

Como se puede comprobar y después de una serie de artículos que he publicado en este medio, está mas que claro que el Vaticano, dirigido con puño de hierro por Jorge Mario Bergoglio, en vez de ser la Casa del Señor, se parece más a la cueva de Ali Baba.

Sabemos Francisco, tu alianza con el Consejo para el Capitalismo Inclusivo, impulsado por la familia Rothschild, que sabes que agrupa a más de 30 grandes multinacionales, todas ellas también relacionadas con el Foro de Davos.

Con esas relaciones dejas claras tus preferencias materiales, y dejas muy clara tu posición y la de tu pontificado respecto de la Agenda 2030

Bergoglio y el cardenal Turskon se reunen al menos una vez al año con Lynn Forester de Rothschild, con los directivos de compañías como Bank of America, BP, EY, Johnson & Johnson, Salesforce y Visa, con los grupos de inversión Calpers, State Street y las Fundaciones Ford y Rockefeller, y con el enviado especial de la ONU para el clima y las finanzas.

Nos anuncias en un comunicado hecho público en el mes de diciembre de 2020, tu respaldo al Consejo del Capitalismo Inclusivo, ¿nos incluyes a todos?, dices con esa flema atomizada, que caracteriza a los sátrapas bien vestidos, a los fariseos del siglo XXI: “se necesita urgentemente un sistema económico que sea justo, digno de confianza y capaz de abordar los desafíos más profundos que enfrenta la humanidad y nuestro planeta. Ustedes han aceptado el desafío buscando formas de hacer que el capitalismo se convierta en un instrumento más inclusivo para el bienestar humano integral”, hace falta tener pocos escrúpulos para decir esto, haciendo todo lo contrario.

Desde cuando tus nuevos amigos se han preocupado por los demás, ¿o tengo que decirte cuántos de ellos han financiado drogas, asesinatos, golpes de estado, tráfico de armas y de personas? No, no hace falta porque tú ya lo sabes. 

Después del Vaticano II, tu Iglesia católica, en su afán por acomodarse a los nuevos tiempos, y no perder el ritmo del sonido del dinero y del poder, pierde la perspectiva intemporal, provocando una crisis que no se superó hasta bien entrado el pontificado de Juan Pablo II. Contigo se acomete una alianza con poderes globalistas y masones que sin duda acabará volviéndose en contra de la propia Iglesia y acentuará aún más el comprometido proceso de secularización que arrastra la religión católica.

En pocas palabras, nos echáis de las iglesias y no os va a quedar seguidor que os lance un céntimo al cestillo de la limosna, pero ten clara una cosa, nunca nos podréis robar nuestra fe.

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