Que el target principal del horóscopo y tarot son mujeres jóvenes, ateas, de izquierdas y con estudios es algo que desde hace años señalan varios estudios sociológicos. A muchos les podría sorprender que una mujeres jóvenes, con estudios y ateas, puedan tener un tipo de creencia metafísica tan fácilmente desmontable desde el punto de vista antropológico, pero no deja de ser una de las muchas paradojas y contradicciones de nuestra sociedad actual.
En una reciente colaboración para un programa de TV, la vicepresidente y ministro Irene Montero ha reconocido abiertamente y sin reparos su creencia, no sabemos con que grado de fe, en supercherías de viejo corte como son el horóscopo y el tarot.
La reacción en las redes no se ha hecho esperar. Muchos usuarios ven hipócrita que una política abiertamente atea tenga luego otro tipo de creencias, desacreditadas para la comunidad científica y la intelectualidad europea desde el siglo XVIII, y muy perseguidas por los regímenes socialistas y comunistas en el siglo XX.
Algunos usuarios cristianos han aprovechado para soltar citas clásicas en estos casos como aquella frase de Charlton Heston que rezaba: «Se empieza dejando de creer en Dios y se acaba creyendo en cualquier cosa».
Otros simplemente han aprovechado para poner en tela de juicio la inteligencia, racionalidad y nivel cultural de la ministra Montero.