El Partido Aragonés (PAR), de centro derecha regionalista sobre el papel, aunque aliado de PSOE, Unidas Podemos y Xunta aragonesista desde las últimas elecciones, defiende que «La imposición de cualquier otra lengua distinta contraviene la ley».
Si bien hasta ahora no había habido grandes fricciones entre el Gobierno de Lambán y el PAR, el catalanismo introducido por la Xunta (extrema izquierda catalanista) y UP, ha desatado el enfado de los regionalistas.
Los regionalistas aragoneses consideran que se está llevando una política impositiva del catalán, particularmente en la llamada Franja de Poniente, con el beneplácito del Ejecutivo Javier Lambán.
Amenazan con abrir una vía judicial a raíz del conflicto lingüístico, lo que podría precipitar la caída del actual Gobierno de la autonomía.
Modelo lingüístico.
La Ley 3/2013, de 9 de mayo, establece el uso, protección y promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón. En ella, se remarca en el artículo 5 que «además del castellano, lengua utilizada en toda la Comunidad Autónoma, a los efectos de esta Ley existe en Aragón una zona de utilización histórica predominante de la lengua aragonesa propia de las áreas pirenaica y prepirenaica de la Comunidad Autónoma, con sus modalidades lingüísticas». También otra zona «de utilización histórica predominante de la lengua aragonesa propia del área oriental de la Comunidad Autónoma, con sus modalidades lingüísticas».
En la pasada década se creó la Academia Aragonesa de la Lengua, con dos ramificaciones: el Instituto de l’Aragonés y el Institut Aragonès del Català. El PAR se opone a esta última.
Desde el PAR, se cuestionan por qué crear un órgano dedicado al catalán y no uno específico para el aragonés oriental. Algunos de los críticos han emitido un comunicado denunciando la cuestión.
Los firmantes «exigen la supresión del Institut Aragonès del Català y la creación de un organismo que proteja y regule el chapurriau o aragonés oriental y en el que sus hablantes se sientan representados».
El texto legislativo que ampara la creación de estas instituciones, dicen los regionalistas, «no se refiere en ningún momento a la lengua catalana, a la que ni siquiera cita», motivo por el que se solicita la eliminación de este instituto. El reconocimiento del aragonés oriental o chapurriau frente al catalán es una histórica reivindicación del PAR.
El PAR considera inadmisible que se cree un instituto de la lengua catalana en aragón, mientras que no se hace lo propio con el aragonés oriental o chapurriau, que hablan, como mínimo, 25.000 aragoneses en la zona del pirineo y hasta 55.000 contando a todos los hablantes de los distintos dialectos. La cifra es semejante a la de hablantes de catalán.
El Gobierno de Aragón no ha querido escuchar a los ciudadanos del Aragón oriental y ha preferido seguir con su política impositiva del catalán para fagocitar las modalidades lingüísticas aragonesas que se hablan en las comarcas orientales
-Agrupaciones municipales del PAR
¿Futuro giro a la derecha de los regionalistas?
En las últimas semanas, el PAR está estrechando lazos con Ciudadanos, que hasta hace no mucho se presentaba como el rival de regionalistas y nacionalistas de todo tipo.
Paralelamente, también hay un acercamiento al Partido Popular. La buena relación entre PAR y Ciudadanos ha facilitado los contactos entre ambas formaciones y el PP.
El Gobierno de Lambán necesita el apoyo de los cuatro partidos en los que se sustenta. La salida de la alianza de cualquiera de ellos traería consigo una más que posible caída del Gobierno que podría traer un adelanto electoral.
Si el PAR decide confluir nuevamente con la derecha, tendrá que entenderse con el PP y seguramente también con Vox, cuya presencia en el parlamento autonómico promete ser bastante notoria en la próxima legislatura y necesaria para un gobierno alternativo de derechas.
En el campo de la izquierda, los tres partidos actuales tendrán que entenderse con Teruel Existe, que promete reproducir su éxito electoral en las pasadas generales, ahora a nivel autonómico.