Georgia Meloni limita el desembarco de inmigrantes ilegales en el país evitando así el negocio de las ONGs que se aprovechan de las vidas humanas en el Mar Mediterráneo

El Parlamento italiano aprobó el pasado jueves un decreto gubernamental por el que se establece un código de conducta para las embarcaciones humanitarias que transportan inmigrantes ilegales.
El nuevo conjunto de normas forma parte de los esfuerzos de la primera ministra, Giorgia Meloni, por restringir a las embarcaciones de rescate, que provocan el efecto llamada desde el norte de África.
La medida ha contado con el visto bueno de 84 senadores, mientras que otros 61 han votado en contra. El texto, que ya tiene carácter de ley, ya fue aprobado la semana pasada por la Cámara de Representantes.
Según la nueva ley de Meloni, los barcos deben solicitar acceso a un puerto y navegar hasta él «sin demora» tras un rescate, en lugar de permanecer en el mar en busca de otras embarcaciones de inmigrantes
Anteriormente, los barcos de estas organizaciones benéficas o no gubernamentales (ONG) subvencionadas por los Estados, pasaban a menudo varios días en el Mediterráneo central y se dedicaban a recoger el máximo número de inmigrantes ilegales antes de dirigirse al norte, hacia Italia.
La nueva medida también asigna puertos alejados de las zonas de operaciones de las ONG. Los capitanes de los buques se enfrentan a multas de entre 10.000 euros y 50.000 euros si infringen la nueva normativa. En caso de reincidencia, los buques podrían ser confiscados.
«Si no se controla la inmigración, se crea explotación, trabajo forzado, trabajo ilegal», dijo el jueves en el Parlamento Nicola Molteni, subsecretario del Ministerio del Interior
«Si no se controla la inmigración, se crean bolsas de ilegalidad y delincuencia, generando una sensación de inseguridad social. La era en la que el Estado miraba hacia otro lado ante la criminalidad y ante quien no respeta las reglas se ha acabado«, afirmó la presidente del Consejo de Ministros.