Más de 5 millones de personas en todo el mundo ya han sido vacunadas con éxito. Como con cualquier otra vacuna, existen posibles efectos secundarios a corto, medio y largo plazo, reacciones adversas del sistema inmunológico, enrojecimientos o fiebres.
Sin embargo, el científico de física cuántica y carismático divulgador de ciencia Javier Santaolalla y un colaborador para esta ocasión, Javier León, experto en virología (biólogo molecular), nos descubren en este interesante y recomendado vídeo el por qué no tiene sentido temer la vacuna o rechazar su inyección.
El vídeo es totalmente respetuoso en todo momento con las personas que albergan algún tipo de temor o desconfianza hacia la vacuna.
Santaolalla admite que dicha vacuna ha sido desarrollada en un cortísimo lapso de tiempo en comparación con el proceso ordinario en la investigación de nuevas vacunas.
Por eso mismo, Santaolalla comprende que una parte respetable de la ciudadanía, que poco tiene que ver con paranoicos y amantes de las conspiraciones, desconfíe legítimamente y tema posibles efectos secundarios.
No obstante, y siempre según el experto virólogo de este vídeo, el rápido descubrimiento de la vacuna contra el Covid-19 tiene que ver con los grandes esfuerzos económicos y de recursos humanos que se han puesto a disposición de la lucha contra el virus (algo casi sin precedentes en la historia de la medicina).
También ha influido la no existencia de la habitual burocracia que, por lo general, acompaña a este tipo de vacunas una vez descubiertas hasta que son puestas en el producción.
Como el vídeo es un poco largo y el tiempo de los lectores de NR oro, aquí recojo algunas de las principales ideas y hechos que recoge.
- Desarrollar una vacuna en el 2020 no es tan costoso como en el siglo XX.
- Normalmente, buena parte de los 4 o 5 años que transcurren desde el comienzo de la investigación contra el virus hasta la fabricación y puesta en venta de la vacuna se van en trámites burocráticos y no en I+D (lo que incluye la observación y experimentación en pacientes que nos garantiza la seguridad y efectividad de la vacuna).
- El tiempo dedicado a ensayos clínicos y preclínicos en la investigación de la vacuna del Covid-19 es similar al de otras vacunas. Los científicos no se han saltado ningún paso.
- Los investigadores han contado con una financiación y recursos casi sin techo. Hecho muy poco frecuente en ciencia.
- El virólogo del vídeo nos compara el caso del Covid-19 con el de la vacuna contra las paperas en los años 60. De esta forma consigue explicar muy claramente por qué este caso es distinto y mucho más acelerado.
- Los síntomas asociados a la vacuna son los normales y habituales de cualquier otra. No parece que vayan a aparecer reacciones negativas a largo plazo. Por el momento, las reacciones fuertemente adversas a la vacuna han sido minoritarias. No hay base científica para dudar de su seguridad y todo apunta a que sí será efectiva.
- Las vacunas que se van a distribuir en Europa están basadas en ARN mensajero, no en «virus desactivados» como creen algunos. La molécula de ADN mensajero es muy frágil y de corta vida, por eso debe ser conservada en frío. La molécula entrará en el citoplasma humano, donde será traducida en una proteína para luego desaparecer del organismo. Ni modificará nuestro ADN ni permanecerá en las células.
- El mayor problema que tiene esta vacuna es que, al estar basado en ADN mensajero, no tendrá un efecto permanente en las personas y no sabemos cuánto durarán sus efectos.
- Los efectos secundarios asociados al Covid-19 son muchos y terribles, algunos incluso permanentes hasta donde se ha podido comprobar. Superan infinitamente los de esta vacuna precisamente por la naturaleza de esta.
- Parece ser que la vacuna servirá contra nuevas cepas del virus.
- Para que la vacunación masiva sirva y salve vidas, es necesario que la mayor parte de la población acepte ser vacunada. De no ser así, la vida de ancianos, personas con cáncer, inmunodeficiencias o problemas respiratorios corre grave peligro.