Érase una vez… un Ayuntamiento liberticida

El día 4 de octubre comenzaba mi colaboración con este medio, y lo hacía lanzando una reflexión a todos ustedes, una reflexión sobre qué es la libertad, y en aquella primera columna apuntaba que la RAE marcaba como primera acepción que la libertad es la “Facultad natural que tiene el hombre para obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”.
Y ustedes se preguntarán el porqué de esta introducción, muy pronto lo entenderán. La segunda columna que compartía con ustedes era sobre la situación de Logroño, mi ciudad, y en esta vuelvo a hablar de mi ciudad, aunque en este caso del Ayuntamiento, o, mejor dicho, de aquellos que lo “gestionan”.
Todo comenzó el fatídico 26 de Mayo de 2019, maldito día pensarán algunos, se veía venir reflexionamos muchos otros, mientras que otros, reflexionan… “si hubiera elegido otra opción…”
A aquellos que reflexionan y se arrepienten les digo que ellos no tienen la culpa, que se dejaron llevar por los cantos de sirena de un candidato a alcalde que empezó siendo el colega de todos, y ha acabado siendo el cuñado insoportable, todos confiaron en él, todos se han visto traicionados por él.
Tengo que decir que no tenía pensado volver a escribir nada acerca del Ayuntamiento, de momento, ya que las cosas no empeoraban de forma plausible, pero el sábado cayó la gota que colmó el vaso de la paciencia de muchos logroñeses.
Muchos de nuestros hosteleros, unos auténticos héroes, y, ¿por qué digo héroes?, les llamo héroes porque ser un autónomo, un emprendedor o un empresario, cualquiera de las tres nos vale, es un auténtico mérito, y más en un país donde se persigue la libertad y la iniciativa privada, y ahora, más aún con un Ayuntamiento liberticida.
Cuando había pasado un mes desde que el Gobierno de La Rioja decretaba el cierre de la hostelería de Logroño, estos hosteleros se preparaban, llenos de ilusión, para volver a subir la persiana de nuevo, hasta que el Ayuntamiento de Logroño, clavó el rejón de muerte a todos los hosteleros del casco antiguo de nuestra ciudad. El señor Hermoso de Mendoza se puso el traje de su tocayo, y se disfrazó de rejoneador, para clavarles por la espalda, y a puertas de la reapertura, la puñalada, que, para muchos, ha sido la definitiva.
A 24 horas de la reapertura, el Ayuntamiento de Logroño acudía establecimiento por establecimiento a anunciarles que tendrían prohibido la colocación de mesas en la puerta de sus establecimientos, lo que imposibilita totalmente llevar a cabo una facturación que les permita estar abiertos.
Este Ayuntamiento, haciendo gala del socialismo histórico ha solucionado “sus problemas” volcando la mierda encima de los autónomos y de la iniciativa privada, en vez de dedicarse a trabajar, pensar, hablar y buscar alternativas, lo único que han hecho ha sido prohibir, prohibir y prohibir, ya que como he indicado en el comienzo, es un Ayuntamiento liberticida.
Todos los cuentos suelen comenzar con un “érase una vez”, incluso las pesadillas, y en este caso los logroñeses vivimos una pesadilla. Pero los cuentos tienen final, y el final siempre es feliz, y en este caso, la pesadilla tiene final, el cual tiene fecha: Mayo de 2023.
Tic tac señor Alcalde, su tiempo se le acaba, el 2023 llegará antes de lo que usted piensa, y los logroñeses le abrirán la puerta de salida, mandándole por donde vino.
#SalvemosLaHosteleria