Entrevista a Ignacio Asín Bermejo. Segunda Parte

Continuamos la segunda parte de la entrevista con nuestro estimado Ignacio Asín Bermejo, tratando ahora, su lado más político.

Nacho, vayamos directamente al grano, ¿cómo crees que saldremos de esta crisis?

-Ya me gustaría tener una bolita mágica, casi mejor preguntar a las amas de casa, las mejores economistas. Cualquier familia sabe que no se pueda gastar más de lo que se ingresa, así que saldremos de esta crisis gastando menos, trabajando mucho y apretándonos el cinturón. Justo lo contrario que propone este Gobierno de arteros.

La situación es muy compleja y tiene demasiados vectores que dificultan un horizonte razonable a corto-medio plazo. Estamos viendo cerrar empresas cada día, algunos empresarios aguantan a duras penas con ERTES llegando al final de mes – en el mejor de los casos- pagando gastos corrientes. A este paso, nadie va a querer emprender y los jóvenes que son nuestro futuro, ya empiezan a pensar como la mejor salida un puesto de funcionario.

Según el Diario Expansión “El ministro de Justicia ha calculado que en 2020 se presentarán 24.200 concursos, un 246% más, y en 2021, 50.000, un 619% más que en 2019”, y el Consejo General de los Colegios de Gestores Administrativos, calcula que en los próximos meses se verán en el paro más de 1.500.000 de trabajadores por el cierre de más de 240.000 pymes a consecuencia del coronavirus. Y esto a pesar de que 135.000 de dichas empresas se han acogido a un ERTE «.

Mientras tanto, España es el País europeo que menos ayudas fiscales destina a las empresas y tramitar una gestión administrativa se ha vuelto una misión imposible.

Urge apoyar a los empresarios que son los que nos sacarán de esta crisis

Estamos perdiendo un tiempo precioso. Los ICO y los impuestos de las empresas en crisis con viabilidad, deberían negociarse con aplazamientos e incluso con algunas exenciones tributarias. Hay que buscar una salida a quienes han hipotecado su vida y difícilmente van a salir adelante. Por eso mientras no se aborden políticas de recuperación económica estaremos poniendo parches y autoengañándonos.

El Gobierno no sabe a dónde va y el hecho de no tener una estrategia clara tendrá repercusiones incalculables. Por eso, a veces pienso que no les falta razón a quienes creen que esto obedece a una maniobra calculada para crear un país de pobres que vivan de “la paguita” que promete Pablo Iglesias. Están creando un campo abonado para que prosperen las políticas comunistas. Solo nos queda igualados en la pobreza y la miseria para que surja el mesías redentor. Si tenéis tiempo os recomiendo la lectura de este interesante artículo de Ricardo Ruíz de la Serna. En El Imparcial. LAS POLÍTICAS DEL HAMBRE.

Urge apoyar a los empresarios que son los que nos sacarán de esta crisis. Es por eso que entiendo necesaria una reforma fiscal con bajada de impuestos para incentivar el consumo y ayudas al mantenimiento y revitalización de nuestro tejido empresarial. Para que los más de 6 millones de parados encuentren empleo, no ayuda el modelo económico basado en la presión fiscal y la productividad como único remedio. Si solo confiamos nuestro modelo productivo en favorecer la industria del mercado asiático y de la globalización y en subir impuestos, las clases medias serán las más perjudicadas.

Hoy más que nunca urge poner el foco en las personas, en la libertad de empresa, en el sector primario, en el desarrollo de nuestro mercado interior y en la innovación.

Siempre he defendido que el Estado debe ser más eficiente y debe evitar el despilfarro recuperando competencias que fueron transferidas innecesariamente a las Autonomías, pero ahora, entregar más poder al actual Gobierno sería un peligro ya que dejar tal concentración competencial en manos de personajes que no han pegado un palo al agua en su vida es un disparate.

Dejar tanto control de nuestra economía y nuestras vidas en el binomio de sátrapas como Iglesias/Sánchez, sería un suicidio. Sería deseable que un Gobierno de transición formado por expertos tomara las riendas para organizar de un modo razonable y sostenible una salida a tan compleja situación, pero sé que eso es mucho pedir y exige generosidad y altura de miras. Así que veo imprescindible un cambio de Gobierno.

¿Cómo ves la evolución de la política y de la sociedad desde la transición hasta hoy?

– Los que nacimos en los años 60, vivimos todo el proceso del cambio del régimen político y la transición. Nuestra generación estuvo muy marcada por la política. Era inevitable no identificarte y posicionarte ideológicamente, así que podríamos decir que llevo la identidad ideológica muy marcada.

Tengo presentes los cientos de asesinatos que la banda terrorista ETA cometía cada semana, los recuerdo cómo si fuera hoy, por eso me produce una profunda tristeza e indignación ver como se gobierna en España con el apoyo de los herederos de la banda asesina dando la espalda a las víctimas del terrorismo. Esto nos da muestra de la bajeza moral de este Gobierno social-comunista.

Los distintos movimientos de izquierda, han embaucado a las generaciones desde la década de los 70 haciéndose con el monopolio de la defensa de los derechos civiles y de las libertades, prometiendo un futuro idílico y curar todos los males que aquejan a la sociedad con sus programas progresistas.

Basta ver como en España han prosperado mayoritariamente artistas, cantantes, presentadores de medios de comunicación, filósofos e intelectuales de izquierdas que han inspirado el pensamiento a millones de personas. Y han seguido una hoja de ruta implacable, han sido perseverantes hasta la extenuación. Me viene a la memoria aquella frase de Alfonso Guerra al ganar el PSOE las elecciones de 1982: “vamos a dejar España que no va a conocerla ni la madre que la parió” Pues se pasó de frenada.

Pronunciarte de derechas y mantener ideales y principios conservadores, tiene un coste social que no todo el mundo está dispuesto a asumir

Pero el PP es también culpable de la España que heredamos. Con su imperdonable conducta de rendición y un complejo atávico de inferioridad que nunca entendí, ha provocado y permitido que el progresismo lo haya inundado todo con su victimismo y su permanente evocación a la guerra civil.

El Partido Popular o al menos gran parte de sus élites, son co-responsables del desierto ideológico que ha padecido la derecha en España. Su autocomplacencia y ceguera política, el bochornoso manoseo de las arcas públicas y el abandono de sus principios fundacionales han provocado su autodestrucción y la aparición de Vox.
Han gobernado a golpe de demoscopia, borrando de su ideario los principios conservadores, incluso se desmarcan abiertamente, manifestando que no son un partido de derechas, como si ser de derechas fuera un delito.

Los que no nos hemos rendido a la tibieza ideológica, no hemos encontrado ningún partido político conservador que nos representara, a pesar de ello hemos apoyado al Partido Popular, aunque eso sí, votándoles en las últimas elecciones con la nariz tapada.

En España, pronunciarte de derechas y mantener ideales y principios conservadores, tiene un coste social que no todo el mundo está dispuesto a asumir. Lo de menos es que te tachen de facha o extremista, lo peor ha sido el aislamiento al que nos han sometido desde las instituciones. En este país, o doblas la rodilla y te muestras manso, o no vendes una escoba. Es lo que llamo los 40 años de travesía del desierto.

¿Qué opinas del modelo de las Comunidades Autónomas?

Somos un país rico y plural. España sintetiza la esencia de la Hispanidad por el acervo que heredamos de culturas heterogéneas. Somos íberos celtas, griegos y romanos. Desde que los visigodos nos dejaran un Estado, la historia en España, es como la de una familia diversa que se ha mantenido unida durante siglos a pesar de su singularidad y sus tribulaciones. No en vano tenemos 48 bienes declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. ¡Cómo negarse a tal diversidad!

Nuestra Constitución parece que no alberga dudas y se muestra inequívoca al respecto de una España indisoluble. Recordemos el artículo 2 de nuestra Carta Magna. 2: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.

Pero en mi opinión la realidad se muestra distinta a tal declaración. Cuando el debate constitucional del 77, se centró no tanto en la rica diversidad de España sino en el reconocimiento de las Autonomías como nación de naciones, se cedió el paso a la reivindicación obsesiva del proyecto republicano para la transformación radical de las provincias y regiones con personalidad histórica, cultural y étnica propia. El fin que pretende ese proceso no es otro que el derecho de autogobierno y autodeterminación y la creación de un modelo federal.

Además, el sistema de Comunidades Autónomas diseñado en 1978 responde a un enmarañado modelo de organización territorial y deliberada indefinición entre “regiones y nacionalidades” que permaneces hasta hoy sin cerrar y que genera confusión e incluso amenaza de la unidad de mercado.

A lo largo de estos 42 años, tanto del PP como del PSOE, ante la necesidad de apoyos en distintas legislaturas, han cedido al chantaje del trasiego de poder competencial. Esta creciente voracidad consentida a cambio de un puñado de votos, nos ha llevado a crear españoles de primera y de segunda, provocando además un efecto perverso en las autonomías con mayor poder competencial. Creo que los políticos separatistas de turno saben que la independencia es una quimera y engañan deliberadamente a millones de personas haciéndoles creer que la independencia es posible.

La verdad es que las CCAA gozan del mayor poder de autogobierno del mundo, tan solo superados por el sistema federal de Alemania, pero mientras el engaño dure, a ellos les va bien.

He llegado a la conclusión de que en los partidos políticos en España no son ni de derechas ni de izquierdas, tan solo existen matices en temas económicos y fiscales, pero en lo sustancial no hay diferencias.

Tristemente, los políticos de hoy no están al servicio del ciudadano, más bien se sirven de la política para su propio beneficio y para eso necesitan el Estado Autonómico.

España es el país que encabeza la lista del fracaso de la gestión de la pandemia

Creo que transferir las competencias de educación a las CCAA fue un gran error. Poner la educación en manos de los independentistas, ha provocado que millones de personas hayan crecido (*)educados en la mentira odiando a España.

Todos sabemos cómo han retorcido la historia de España en las escuelas vascas (las ikastolas) o en Cataluña, fomentando y avivando el nacionalismo radical con el único objetivo de obtener más competencias para vivir del cuento como virreyes. Son varias generaciones las que han crecido manipulados ideológicamente bajo un discurso único sin contrapesos, adiestrados en la radicalidad y que hoy conforman grupos como los los kale borroka o CDR, capaces de colapsar con impunidad las ciudades a fuego, con eso que llaman “terrorismo de baja intensidad”.

(EDUCAR EN LA MENTIRA de Pedro Antonio Heras).

En cuanto a la sanidad, la pandemia ha puesto de manifiesto la debilidad del sistema. La aberración disfuncional de las competencias de salud, ha pasado su peor factura, porque esto ha costado vidas. Cuando las cosas se han puesto mal, se han pasado la pelota del Gobierno Central a las Autonomías para justificar unos y otros su incompetencia, eludiendo sus responsabilidades.

España es el país que encabeza la lista del fracaso de la gestión de la pandemia. Es incuestionable la inestabilidad de un sistema que no garantiza la igualdad de todos los ciudadanos. Todos ven España como un negocio que se vienen repartiendo, por eso para todos ellos las autonomías son imprescindibles, ya que van troceando el pastel para poder saquear el botín (nuestros impuestos) y trincar por un lado o por otro, colocando a sus afines en puestos innecesarios, creando fundaciones, asociaciones y hasta instituciones que no sirven absolutamente para nada, que no aportan nada a la sociedad.

A menudo en política oímos hablar de la ingeniería social de la izquierda.
¿Qué opinas al respecto?

Hoy la izquierda, por esa superioridad moral y cultural hegemónica, obtiene patente de corso para controlar sin sonrojo los 3 poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial, cambiando las leyes a su antojo si no le son favorables.

¡Cuánto rédito les ha dado la memoria histórica y cuánto olvido para las atrocidades del Frente Popular y las checas o el saqueo del oro de España!

La ingeniería social de la izquierda se establece y sustenta gracias a movimientos perfectamente sincronizados desde hace años. La caída del muro de Berlín en 1989, dejó a los movimientos marxistas sin la financiación global que provenía de la unión Soviética. Por ello, surgió el foro de Sao Paulo y desde América Latina hasta Europa, grandes lobbies con un gran poder económico y mediático están controlando a la sociedad embaucándola con sus cantos de sirena y consiguiendo una hegemonía cultural, fomentando el paternalismo del estado.

Así, con sus aparentes valores de justicia social, progresismo y humanismo, populistas como Chávez se hicieron con el poder en Sudamérica y desde ahí, poderosas asociaciones y magnates de la globalización, disfrazados de amantes de la naturaleza, protectores del medio ambiente, etc… se están haciendo con la hegemonía cultural atacando al corazón de occidente a través de oligarcas como Soros, mafias como Open Arms, o partidos como Podemos que no son sino la punta de lanza para extender su ideología al resto de Europa.

De ahí viene la necesidad de destruir la identidad y los valores de la cultura cristiana, la familia, y su papel preponderante como pilar de la sociedad, porque desde esta destrucción, pretenden surgir como el ave fénix para hacerse con el control absoluto.

El proyecto Sánchez-Iglesias es tan similar al de Chávez que asusta al más ignorante.

A nadie se le escapa que un nuevo orden mundial se asoma a las puertas de este milenio. Hace tiempo pensé que el mundo tal como lo conocemos va a dejar de existir. Vivimos un difícil momento de la historia. La pandemia de la Covid 19, está siendo aprovechada por los lobbies de izquierdas para rematar sus planes de expansión por todo el mundo pasando de la ingeniería social a la ejecución, la arquitectura.

En psicología, se estudia que los cambios producen incertidumbre y que la incertidumbre provoca miedo. Y cuando la sociedad tiene miedo y la economía se resiente, nos encontramos con el peor escenario, el caldo de cultivo adecuado para rematar la hoja de ruta y esa arquitectura social que nos lleva al proceso de expansión del nuevo comunismo por todo el mundo.

Basta asomarnos a lo que está ocurriendo en Estados Unidos para ver cómo se pretende borrar de la memoria colectiva americana la semilla occidental y las raíces europeas. La moda de tumbar estatuas como la de Colón, viene asociada con la falsa leyenda negra del colonialismo racista y la esclavitud de los indígenas.

La mayoría de medios de comunicación en España, están comprados por la izquierda y nos ocultan la verdad de lo que ocurre en EEUU, donde grupos organizados liderados por Antifa (movimiento antifascista) están provocando una ola de violencia y vandalismo que sacude a las principales ciudades, alentando a la revuelta y a la algarada callejera. Estos movimientos financiados por instituciones políticas, pretenden echar a Trump a cualquier precio, incluso con un “golpe de estado democrático preventivo”.

Alguno dirá que esto es paranoico o conspiranoide, pero más de un analista apunta que la trascendencia de este asunto puede derivar en el declive del imperio americano y su repercusión en Europa puede tener consecuencias imprevisibles.

EEUU de América tiene mucho que decir, pero occidente no puede vivir de espaldas a esta realidad, pues como sabemos, lo que ocurre al otro lado del charco, acaba llegando antes o después a Europa. En mi opinión urge refundar la Unión de Europa y fortalecer sus lazos espirituales, volviendo a sus raíces.

Hace falta un líder efectivo y carismático que sea capaz de llevar a la sociedad un mensaje de sensatez, por eso espero que más pronto que tarde, los socialistas, abran paso a una nueva y regenerada hornada de políticos honrados.

Cada cuatro años, se nos llama a las urnas y cuando llegue ese momento, la gente debería preguntarse qué País quiere dejar a sus hijos y a sus descendientes. Después no vale de nada lamentarse. Del futuro todos somos responsables.

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