Si el Gobierno sigue adelante con sus planes de subida al doble del IPC, se expone a quedarse fuera del mecanismo antifragmentación europea cuando la prima de riesgo se vea comprometida en el mercado de deuda
El Gobierno de coalición tiene que hacer compatible su campaña populista con el estrecho margen del cumplimiento de los requisitos del Banco Central Europeo (BCE) en materia de contención de gasto. Que se cumplan las condiciones es vital para que el Estado siga teniendo un flotador económico en el mercado de deuda.
Sánchez lleva años siendo consciente de que el de las pensiones es un campo de batalla vital para poder hacer frente al PP. Para ello, prepara una subida de las pensiones mayor de lo esperado. La inflación se mantendrá por encima del 7,5% para lo que queda de año y se destinarán 15.000 millones de euros de los cerca de 20.000 totales para gasto público en 2023.
Se reducirá y limitará a 5.000 millones el presupuesto restante para otras problemáticas del mismo campo. Con todo, Sánchez se arriesga a quedarse fuera del mecanismo antifragmentación europea cuando la prima de riesgo se vea comprometida en el mercado de deuda.
Según lo explícitamente mencionado por el organismo económico continental, se aconseja a España «en 2023, garantizar una política presupuestaria prudente, en particular limitando el incremento de los gastos primarios corrientes financiados a nivel nacional por debajo del crecimiento potencial a medio plazo (…)».
El camelo de las pensiones
Teniendo esto en cuenta, las pensiones no deberían aumentar por encima del 4%, indica el BCE. Es justo lo que subirán los salarios. Sin embargo, Pedro Sánchez anunció que las pensiones subirán un 8%. El doble de lo recomendado. El motivo es que 2023 coincide con una doble cita electoral: las autonómicas y municipales en mayo y las elecciones generales en otoño. En juego, más de diez millones de votos de jubilados, que temen a la pérdida de poder adquisitivo por la desbocada inflación.
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, aseguró que las pensiones subirán sí o sí de la mano del IPC.
Según Ana Botín, presidenta del Banco Santander, España se arriesga a perder hasta 50.000 millones en líneas de crédito cuando los mercados de deuda se tensionen. Que se espera que lo hagan. Hay temor a que el BCE “condicione” la compra de deuda de los países a medidas de consolidación fiscal.
La clave será el presupuesto real, donde pone la lupa el BCE, y no en el techo de gasto, de 198.221 millones el cual solo afecta a la Administración Central y es un límite teórico y es el más alto aprobado hasta ahora. ¿Veremos próximamente una forzosa reducción de las pensiones como la de Zapatero en 2011? Es difícil imaginar un nuevo recorte en este sentido, pero sí que podríamos ver como los políticos desisten en su intento de seguir comprando los votos del grupo social más goloso de cara a los comicios electorales: los jubilados.