Elecciones Estados Unidos 2020. Primer Debate Electoral

El primer debate de los tres que se celebrarán antes de las elecciones estadounidenses del próximo 3 de Noviembre ya ha tenido lugar.

De los tres debates, este es el único que va a ser organizado por una cadena de derechas, la Fox. Esta es realmente a día de hoy, la única gran cadena conservadora a nivel nacional.

No es un dato baladí el hecho de que, incluso en este caso y organizando el debate la Fox, el moderador ha sido una persona registrada como votante demócrata. Un presentador con el que Trump no ha dejado de enfrentarse en el transcurso de los últimos años, así como a lo largo de este debate.

A pesar de que Biden es uno de los candidatos, en teoría, más moderados de entre los que se presentaron a la nominación demócrata, pocas veces en la Historia de los EEUU ha habido tantísimas diferencias y tan pocos puntos de encuentro entre dos candidatos a la presidencia y sus respectivos partidos.

Ya no está tan claro que el P. Republicano represente solo a «conservadores» en el sentido tradicional del término y mucho menos que el P. Demócrata represente a liberales, socioliberales y progresistas, como venía ocurriendo hasta ahora.

Lo temas de relieve en las noticias durante estos últimos meses han tenido un gran protagonismo durante el debate. La elección del nuevo juez del Tribunal Supremo, la gestión del Covid, el conflicto racial, el aumento del crimen y la violencia (especialmente en regiones demócratas), la conflictividad social, el alto coste sanitario, el radicalismo de izquierdas en el sector izquierdo del Partido Demócrata, las órdenes ejecutivas cada vez más frecuentes en los gobiernos federales…

A los pocos minutos, el debate ya se había convertido en una batalla abierta entre Trump y Biden, con un moderador que claramente se posicionaba más con Biden, pero que trataba de frenar como podía los insultos y faltas de respeto de ambos candidatos.

 “Parece que estoy debatiendo contigo, en lugar de con él”

-Trump al moderador Chris Wallace.

Trump no tardó en tildar a Biden de socialista, a pesar de que la larga trayectoria política del segundo ha estado bastante alejada de un socialismo radical e incluso de lo que en Europa consideraríamos una socialdemocracia al uso.

Por otra parte, la radicalización de una parte del Partido Demócrata es cada vez más innegable. Biden, personalidad muy versátil y pragmática que, aunque de perfil centrista, se ha caracterizado siempre por adaptarse a cualquier panorama político más a la derecha o más a la izquierda. Pero ante todo, ahora es un candidato a la presidencia obligado a tratar de integrar y convencer a este ala radical de los Demócratas, porque necesita su apoyo para asegurarse la victoria.

En este sentido, Trump recordó las desastrosas gestiones de los Demócratas de izquierda en muchas urbes del país y dejó caer que el partido en su totalidad está cada vez más en manos de esas facciones radicales y extremistas.

Biden recordó que el líder demócrata ahora es él. Trump terminó dejando caer que por bastante poco, pues la victoria de Biden sobre el socialista Sanders no fue arrolladora; a pesar de contar Biden con el apoyo del establishment, el apoyo de la mayoría de ex candidatos y de los grandes financiadores del partido incluido el propio Bloomberg.

La misma Harris, candidata a la vicepresidencia de la nación, está muy escorada a la izquierda para los estándares políticos estadounidenses; al menos fuera de las grandes megaciudades, en las que el P. Demócrata arrasa y las elecciones son entre los propios Demócratas, dándose el caso de que a menudo alcanzan el poder candidatos de la facción más izquierdista del partido tales como De Blasio (actual alcalde de Nueva York cuya hija ha formado parte de movimientos antifa).

“Yo gané a Bernie Sanders”, recalcó Biden. “Por poco”, deslizó Trump mientras el demócrata hablaba. “¿Te vas a callar, hombre?”

Biden acusó a Trump de querer acabar con el obamacare y dejar desamparadas a millones de personas con problemas médicos previos o escasos recursos, mientras que Trump negaba todo y presumía de haber rebajado el precio de las medicinas.

Biden acusó a Trump de ser el peor presidente en décadas, mientras que Trump alegó que había hecho más él en 4 años que Biden en 47.

“Yo he recuperado la industria, vosotros la entregasteis”

-Trump a Biden.

En este sentido Trump presumió de los grandes datos de empleo, vuelta de empresas deslocalizados, retorno de capitales privados y buenos datos económicos en general. Datos que, efectivamente, respaldaban la gestión republicana antes de la crisis del Covid-19.

El virus tuvo un gran protagonismo en la noche de ayer.

“Mucha más gente va a morir si Trump sigue en la Casa Blanca. No tenía un plan en febrero y no lo tiene ahora».

-Biden a Trump.

Biden dejó caer que los más de 200.000 muertos confirmados por el virus eran culpa de la mala gestión de Trump, a lo que esté contestó echándole en cara a Biden el abandono de 300.000 veteranos de guerra durante su etapa como vicepresidente de los EEUU. En este sentido, los dos candidatos han tenido pocos escrúpulos a la hora de echarse en cara la culpa de la muerte de terceras personas.

Ahora que parece inevitable la mayoría conservadora en el Tribunal Supremo y que esta puede prolongarse por décadas debido a que los cargos son vitalicios, el ala izquierdista del partido exige una ley que amplíe el número de jueces; para que el partido Demócrata pueda consolidar una mayoría judicial favorable en caso de llegar al gobierno.

El moderador no logró arrancar a Biden una respuesta a este respecto, por lo que no queda claro si, finalmente, el nuevo gobierno aprobará dicha ley llegado el caso.

Seguidamente, tuvo lugar un desagradable cruce de acusaciones personales en los que Trump echaba en cara a Biden el historial de su corrupto hijo Hunter y Biden increpaba a Trump, entre otras cosas, por haber hecho lo posible por pagar una ridícula cantidad de impuestos durante años.

El punto más tenso del debate se alcanzó cuando llegaron temas como las revueltas sociales, el problema racial y la violencia en muchas ciudades.

«La gente de este país demanda ley y orden, ustedes no son capaces siquiera de pronunciar dichas palabras»

-Donald Trump.

Trump ponía de relieve los horribles datos referentes a grandes feudos demócratas donde las milicias ciudadanos de antifas, panteras negras y militantes del Black Lives Matter estaban sembrando el caos y cometiendo multitud de delitos de todo tipo, a menudo violentos y de sangre.

El presidente acusaba a los Demócratas de ponerse de parte de la ultraizquierda violenta y no de la policía que trata de mantener el orden y la paz social a lo largo y ancho de EEUU.

Asimismo, Ann Dorn, la viuda afroamericana de un policía negro asesinado en unas protestas del BLM en Missouri, acudió al debate en apoyo de Trump, al que le interesa echar abajo el mantra de que las fuerzas del orden son deliberadamente racistas y un símbolo de la opresión blanca desde las instituciones.

Lo cierto es que, pese a quien pese, hay mucho de real en lo que dice Trump sobre la connivencia del P. Demócrata con la extrema izquierda violenta, ya sea por afinidad ideológica de los líderes más extremistas del partido (que los hay) o por miedo a perder su posible y necesario apoyo electoral.

Aunque cueste de creer, algunos alcaldes demócratas, han llegado a poner sobre la mesa la disolución de la policía o han permitido la existencia de comunas anti capitalistas «autogobernadas» en ciudades como Seattle.

Por otra parte, Trump (que no la generalidad de los republicanos) también ha sido muy permisivo y hasta cómplice con las milicias de derecha nacionalista, libertaria y/o antisistema en muchos casos. Hasta el punto de llegar a celebrar la desobediencia a las medidas gubernamentales por Covid que se vieron obligados a llevar a cabo algunos estados Demócratas.

El moderador instó a Trump a condenar el supremacismo blanco, mientras que no hizo lo propio con Biden y los movimientos antifas violentos, el supremacismo negro de los nuevos panteras negras o la ideología totalitaria y violenta de los comunistas y anarquistas que ven en esta crisis una oportunidad de oro para echar abajo el orden liberal. Grupos que, no nos engañemos, a día de hoy son infinitamente más numerosos (al menos en su vertiente violenta), que los del lado contrario; quienes, por otra parte, tienden a estar mucho mejor armados y organizados y representan un mayor peligro según el FBI.

Estos grupos abiertamente violentos, han llegado a ser loados por la facción izquierda de los Demócratas y claramente blanqueados por muchas grandes cadenas de televisión y multinacionales de diversa índole. Algunas como la CNN, en cierta medida, coaccionada por un ejército de jóvenes que se hacinó junto a sus instalaciones los días en que estalló el movimiento BLM a consecuencia de la muerte de George Floyd.

En lo relativo al cambio climático, Biden y el propio moderador acusaron a Trump de no haber hecho todo lo posible por mejorar el medio ambiente.

Curiosamente, Trump se defendió argumentando todo lo contrario. Presumió nuevamente (ya lo hizo hace unos días), de los datos de tendencia positiva de EEUU en materia de medio ambiente y se vendió como un ecologista convencido, algo que no hizo 4 años atrás, no al menos de esa forma.

Biden presumió de agenda radicalmente verde, algo que viene siendo frecuente en el P. Demócrata en tiempos de oposición. Pero su pasada gestión como vicepresidente le resta cierta credibilidad en ese aspecto.

A la pregunta de por qué la administración Trump abandonó los acuerdos del clima, Trump respondió que era un acuerdo perjudicial para EEUU y que elevaba mucho los precios de los bienes. Para él, la transición verde debe ir por otros derroteros, no debe comprometer la economía ni tampoco el gasto público.

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