Tres fieles cristianos han sido asesinados en la basílica de Notre Dame de Niza por un islamista exaltado.
Los hechos se producen tras los últimos conflictos religiosos y diplomáticos a raíz de la nueva polémica con las caricaturas de Mahoma.
Simultaneamente, un presunto terrorista yihadista ha sido tiroteado en Aviñón tras haber amenazado con una pistola a varias personas.
En Lyon, un afgano armado ha sido detenido con un cuchillo de 30 cm diciendo que estaba dispuesto a actuar.
En Sartrouville la policía ha frustrado otro ataque de un presunto yihadista que pretendía «hacer como en Niza».
Francia, inmersa ya en el nuevo confinamiento nacional por el Covid, ha elevado el nivel de alerta terrorista.
A miles de kilómetros de distancia, en Arabia Saudí, un guardia ha resultado herido en un ataque con arma blanca en el consulado francés en el país Saudí.
Actualmente, decenas de políticos, ministros y diplomáticos islámicos de todo el mundo están justificando los últimos atentados o echándole la culpa de ellos al propio presidente de Francia Emmanuel Macrón.