A alrededor de las 4:30 de la madrugada del 23 de mayo, el conserje del edificio Bloc Llavors llamó a emergencias para denunciar que un grupo de okupas estaba impidiéndole salir y amenazaban con matarle.
El Sindicat Habitatge, un sindicato separatista pro okupa, estaba preparando un operativo para evitar el primer desalojo del Gobierno de Pere Aragonès.
Los Mossos d’Esquadra se personaron poco después de la petición de auxilio, pero no entraron a rescatar al portero y las 28 familias secuestradas.
El sargento de Seguridad Ciudadana que estaba al cargo recibió una orden directa de no actuar
El desalojo acabó aproximadamente cuatro horas más tarde con graves incidentes y tres agentes heridos.
Bloc Llavors, es un edificio símbolo de la lucha de los «antisistema». Tiene 28 pisos, tres de los cuales siguen okupados. . La empresa Desokupa de Daniel Esteve, encargada de la seguridad del edificio, ha conseguido devolver cinco viviendas a sus propietarios hasta ahora. Con la intención de evitar que los pisos recuperados sean okupados de nuevo, Desokupa subcontrata a trabajadores que «ejercen la función de conserje de la finca«.
Todo comenzó unas horas antes de que la comitiva judicial para el alzamiento de uno de los pisos okupados llegase. Uno de los conserje, Ilde, trató de salir del edificio para dar relevo a su compañero, pero se encontró con la puerta del portal cerrada con un candado y un grupo de okupas frente a él:
«Yo bajo a las 4:30 y veo a los okupas abriendo la caja de luces. Les dije que tenía que salir. Uno de ellos me dijo «perro hijo de puta, tú de aquí no sales vivo«. Me empujaron, me escupieron y me golpearon con un extintor en las cervicales. Yo me caí por la escalera y me hice un pequeño esguince».
En ese momento, varios miembros de Desokupa fueron inmediatamente al edificio, seguidos poco después por los Mossos.
Treinta encapuchados bajaron desde las tres viviendas okupadas para hacerse con las zonas comunes del edificio
Un vídeo grabado por Desokupa, muestra como el sargento de Seguridad Ciudadana, comunica a los violentos okupas que tienen tienen a una persona retenida contra su voluntad advirtiéndoles que: «Tenéis un problema».
Esteve afirma que el mismo sargento declaró que había que entrar en el edificio porque «una cosa es un alzamiento judicial y la otra es un delito grave flagrante»:
«El sargento me dice que va a pedir autorización para entrar y, de repente, vuelve y me dice que les obligan a irse. Yo le dije que se estaba cometiendo un delito flagrante y, si ellos se van, al secuestrado le pueden hacer cualquier cosa. Faltaba menos de una hora para que llegase la Brimo (Brigada Móvil), pero el caso es que hubo una llamada de un jefe policial que mandó a las diez unidades presentes que se retirasen. Esto es grave, es omisión del deber de perseguir delitos.»
Después se puede ver a Esteve advirtiendo al sargento de que si esperan mucho más tiempo, llegarán más radicales, lo que complicará la situación desmesuradamente.
El sargento reconoce que no entiende la orden recibida, pero insiste en que deben retirarse
El registro de lo que ocurrió ese día, no parece informar de esto último, aunque sí indica que:
«Cuando llegó el operativo de soporte a la comitiva judicial a las 5:15 am había personas bloqueando el perímetro de seguridad, a los que se dieron varios a avisos pidiendo que la gente saliera.«
«A las 6:30 am se registró una llamada al 112 diciendo que se estaba impidiendo la salida del resto de vecinos».
La situación temida por Esteve no tardó en ocurrir.
Un centenar de radicales, parapetados detrás de cuatro diputados de la CUP, llegaron a la puerta del edificio y procedieron a lanzar pintura roja y objetos a los agentes de la Brimo
La Brimo tuvo que aguantar mientras, según el parte aportado por la Generalidad, «el área de mediación de los Mossos intenta ponerse en contacto con los líderes, que siguen concentrados y siguen haciendo resistencia».
Cuatro horas más tarde, a las 8:30 de la mañana, después del fracaso total de cualquier intento de mediación, los mossos cargaron contra los radicales y cortaron el candado para acceder al edificio y sacar a los okupas, que «hacen fuerza para impedir la acción policial».
Cuando al fin pudieron entrar en la vivienda que debía ser desalojada ese día, ya estaba vacía y los okupas se habían refugiado en otros pisos okupados
La situación se saldó con tres agentes heridos, tres investigados por delito de atentado, 9 investigados por desórdenes públicos y 60 denuncias administrativas por desobediencia a los agentes.
Esteve considera que de no haber «perdido el control de la puerta» por una «decisión política», que obligó a los agentes a retirarse, todo esto se podría haber evitado
Tras los disturbios en Bloc Llavors, muchos de los miembros de Arrán acabaron okupando la sede de ERC para recordarle a Aragonès su compromiso con la CUP para eliminar la presencia de los antidisturbios en los desalojos.