El Papa Francisco inicia su peregrinaje de penitencia a Canadá para pedir perdón a los amerindios por los abusos y las conversiones forzosas

Este promete ser el viaje más duro de su Pontificado y comenzará en la provincia de Alberta, Canadá. La principal misión del viaje es asistir al escenario donde presuntamente se cometieron crímenes contra la humanidad, más concretamente contra la población indígena, por parte del Estado canadiense, la Iglesia católica canadiense y la Iglesia Unida de Canadá
Actualización.
El Papa ha pedido perdón a los indígenas de Canadá y condena que la Iglesia adopte “mentalidad colonialista de las potencias”.
Francisco ha pedido “perdón” a las comunidades indígenas de Canadá al tiempo que también se ha mostrado muy “dolido” por la responsabilidad que tuvo la Iglesia en las políticas de asimilación de los internados. Asimismo, ha condenado la “mentalidad colonialista de las potencias”, mentalidad e imperios europeos sin los cuales, paradójicamente, América no sería actualmente el continente con más católicos del planeta.
“Me encuentro entre ustedes porque el primer paso de esta peregrinación penitencial es el de renovar mi pedido de perdón y decirles, de todo corazón, que estoy profundamente dolido: pido perdón por la manera en la que, lamentablemente, muchos cristianos adoptaron la mentalidad colonialista de las potencias que oprimieron a los pueblos indígenas».
Se ha referido a las “cicatrices de heridas todavía abiertas” en estas poblaciones a causa de su internamiento en algunos de los 139 internados por los que pasaron unos 150.000 niños indígenas.
La gran mayoría de ellas estuvieron en manos de instituciones cristianas y funcionaron hasta 1996, cuando cerró la Gordon’s Residential School de Punnichy.
Un viaje de especial relevancia
Ha sido el propio Pontífice quien ha calificado de «peregrinaje de penitencia» el viaje. Este llega un año después de una oleada de descubrimientos de cientos de cadáveres de niños indígenas en orfelinatos gestionados en su mayor parte por la Iglesia católica y la Iglesia Unitaria de Canadá durante más de un siglo y medio, entre 1831 y 1996.
El viaje culmina un proceso iniciado el 1 de abril, cuando el Vaticano pidió oficialmente perdón por colaborar en la política del Gobierno de Canadá de aculturación de los niños indígenas que conllevó el desplazamiento forzado de más de 150.000 menores a orfanatos en los que tenía prohibido el uso de sus idiomas indígenas, se les prohibía usar sus nombres- a veces solo se les llamaba por un número -, y en ocasiones se les sometía a todo tipo de abusos, incluidos los sexuales.
Esa tragedia ha alcanzado nuevas cotas con el descubrimiento de los cementerios secretos en los que se enterraba a los niños sin identificación y sin registrar sus fallecimientos. El elevado número de muertes podría deberse a las malas condiciones de salubridad de los emplazamientos. En algunas escuelas, como la de Brandon, se contabilizaron siete muertes en los 81 años de existencia del internado. En 2021 se descubrieron 104 cadáveres de pequeños enterrados en secreto, lo cual ha levantado muchas sospechas y acusaciones que ahora se están investigando.
Francisco ya se reunió con representantes de las primeras naciones (el nombre que reciben los indígenas en Canadá), los métis (mestizos, es decir, de ascendencia europea francesa e indígena), y los inuit (esquimales). El Papa ya expresó entonces su «indignación y vergüenza» por los presuntos abusos, en los que la orden francesa de las Oblatas de Santa María habría jugado un papel importante.
Uno de los momentos más duros para la Iglesia
Francisco quiere pedir perdón a las víctimas y a los supervivientes. El asesor del Papa- y, como él, jesuita- Michael Czenry ha recordado a la agencia de noticias estadounidense Associated Press que Francisco ha declarado que ninguna cultura tiene el monopolio de la religión cristiana. Eso, a su vez, se ha reflejado en las disculpas públicas del Pontífice a los indígenas de Bolivia por la colonización (en 2015), y en la conferencia que celebró en el Vaticano en 2019 con comunidades indígenas del Amazonas.
El Papa, que tiene 85 años y un estado de salud delicado, llega hoy por la mañana (última hora de la tarde de España) a la capital de Alberta, Edmonton, donde será recibido por el primer ministro canadiense Justin Trudeau, aunque su programa de actos comienza mañana con una reunión con líderes indígenas en la localidad de Maskwacis, a 70 kilómetros al norte de la ciudad. El martes, celebrará una misa multitudinaria en el Estadio Commonwealth, de Edmonton, y realizará una peregrinación al Lago de Santa Ana, en esa misma provincia.
De allí viajará a Quebec, donde celebrará una reunión con Trudeau, y con los líderes de la Iglesia en el país, además de con miembros de la orden en la que ejerció su sacerdocio antes de ser nombrado Papa- la Compañía de Jesús – y con más líderes indígenas.
La última ciudad que visitará el Papa se llama Iqualuit, y tiene 7.500 habitantes. Para llegar a ella, Francisco viajará 5 horas de avión, porque está a 1.900 kilómetros al Norte de Quebec, en la isla de Baffin.
Iqualuit es la capital de Nunavut, uno de los tres territorios (no estados como tales) de Canadá. Más del 80% de sus escasos habitantes son esquimales, o inuit, y allí el Papa se reunirá con supervivientes de internados.
En el viaje, Francisco tiene previsto dar nueve discursos, todos en español. Se espera que en la mayor parte de ellos pida perdón a las víctimas. De hecho, el viaje relega a un muy segundo plano la agenda institucional del Pontífice, aunque podría verse envuelto en líos y polémicas varias.
La principal es la de Maskwacis, donde el grupo de la ‘Caravana de la Libertad’- que se opone a las vacunas contra el Covbid-19- ha amenazado con llevar a cabo manifestaciones aprovechando la visita de Francisco.