Hace tres días que diagnosticaron a la mujer de Juan «positiva«, después de realizarle una PCR. Hace tres días que llamaron a Juan los “rastreadores”, comunicándole que debía
permanecer él también aislado en su domicilio por ser conviviente directo de la “infectada”.
Hace tres días que dichas personas le aseguraron que serían ellos los encargados de realizar los trámites pertinentes para que tuviese lista y a tiempo su “baja laboral”. Hace tres días que comenzó la odisea de Juan.
Antes de entrar en más detalles, he de contarles que, ante la actual pandemia, al Gobierno
de La Rioja se le ocurrió la genial idea de poner al frente de la unidad “COVID responde” a médicos jubilados voluntarios mayoritariamente.
Parece ser que, en este país, todos aquellos estudiantes de medicina que quisieron optar el año pasado y el anterior a plazas MIR, eran demasiados. Ahora faltan facultativos y lo más acertado que han pensado estos iluminados, es llamar a los médicos ya jubilados para que
realicen una labor voluntaria, pero a todas luces no tan eficaz como debiera ser, cuya misión
(entre otras muchas cosas) es tramitar las bajas laborales de los pacientes infectados por el SARS-CoV-2 y las de sus contactos sin protección ni distancia en la cuarenta y ocho horas
anteriores al diagnóstico positivo en dicha enfermedad.
Y aquí empieza la lucha de Juan por conseguir su parte de baja. Después de innumerables e infructuosas llamadas a dicha “unidad”; después de otras muchas llamadas a su centro de
salud; su parte de baja, a día de hoy, sigue sin estar tramitado. Mira una y otra vez en la página web http://partes.riojasalud.es, habilitada para ello, mas ahí no está. La empresa le exige ya dicho trámite porque es el último día que le queda para ser presentado.
Juan está desesperado, no logra que le realicen esta sencilla labor
Él, que es un hombre prudente; un trabajador de la construcción que lleva mares, no, océanos de esfuerzo navegados para llevar un sueldo digno a su familia; está desesperado, enfadado; se siente impotente y me pide ayuda.
Lo sé, debo asumir que este desgobierno me supera. He intentado solucionarle el problema a mi amigo y aún, no sé si he alcanzado dicho propósito.
Supongo que poco a poco empiezo a tomar contacto con la realidad: “Nuestro país, España,
está gobernado por una panda de politicuchos incompetentes y sinvergüenzas«.
Firmado: Ana María Díez Aretio
Así es Ana, estos no son políticos, son unos incompetentes aprovechados y egoístas, además de déspotas y sectarios.
Han venido a servirse y no a servir, han venido a usar y abusar de su dominante posición