Lejos quedan para Navarra aquellos tiempos en los que el carlismo era la ideología dominante en la región foral y el nacional-catolicismo lo impregnaba todo. Pero lejos quedan también los tiempos más recientes, en los que UPN y PSOE, desde la moderación, se disputaban el gobierno de las prósperas tierras navarras
Tal y como señala Diario de Navarra en una encuesta cuyo gráfico aquí utilizado ha sido elaborado por Electomanía.es, Navarra se muestra, a día de hoy, una tierra poco conservadora en su mayor parte. Así es al menos si comparamos su situación actual con la de décadas precedentes y atendemos a la evolución política de las nuevas generaciones, cada vez más identificadas con la izquierda.
Hoy en día Navarra es, junto con País Vasco y Cataluña, una de las regiones europeas en las que más populares son el marxismo y las ideas de extrema izquierda. En Pamplona no es difícil encontrar simbología abertzale o marxista incluso en bares y restaurantes. En localidades como Alsasua esta realidad es mucho más cruda y radical.
Las fuerzas de centro y derecha españolistas han entrado en una fase de retroceso frente a unas formaciones vasquistas y de izquierda o extrema izquierda, que cada vez tienen más fuerza entre los jóvenes, quienes en muchos casos siguen identificando a la derecha con el franquismo y la represión.
Si bien el sur de Navarra sigue siendo más conservador y unionista, lo que no ha impedido que obtenga representación Bildu con resultados de dos cifras en muchas municipios, el centro y sobre todo el norte, noroeste y noreste navarros están experimentando un auge progresivo y vertiginoso del nacionalismo vasco.
La proliferación de ikastolas, el avance de las fuerzas independentistas en el norte, centro y oeste de la región, o la progresiva implantación del estudio en euskera en primaria y secundaria, son algunos de los factores que ayudan a explicar los cambios sociopolíticos que sin duda experimenta Navarra, especialmente entre su población más joven.
Aunque lo relativo a la lengua vascuence no siempre fue así, de hecho, fueron los carlistas quienes enfatizaron en un primer momento la importancia de preservar el euskera, para desgracia del sector españolista o simplemente «no vasquista», todo lo relacionado con el euskera se ha cargado de significancia vasquista y nacionalista vasca, así como de cierto rechazo a todo lo español, que es visto como ajeno.
El propio euskera normativo o académico, el dialecto batúa que dista bastante de las hablas propias de muchas localidades navarras, y sobre todo vizcaitarras o alavesas. Además, no deja de ser el producto de think thanks decimonónicos o del siglo XX con ideas nacionalistas e independentistas, con todo lo que eso conlleva para una lengua- sistema de pensamiento.
La influencia de las familias tradicionales, el mundo católico o el identitarismo español pierde fuerza frente a su contraparte vasquista, republicana, atea y de izquierdas
La derecha sociológica, de tradición católica y otrora beligerancia política, ha menguado y ya no está tan segura de sus valores en un contexto histórico de progresivo desarraigo, laicidad y globalización.
De este modo, los votantes centristas, conservadores y liberales, se han venido refugiando en las últimas décadas en la agrupación regionalista y foralista Unión del Pueblo Navarro, un partido muy similar al PP, pero que enarbola la bandera de las peculiaridades navarras y defiende con vehemencia la vigencia de la consideración foral de Navarra dentro de España.
Aunque a nivel sociológico el votante de UPN pueda ser muy conservador, la línea del partido es muy similar a la del PP en el resto de España, lo que ha facilitado que ambas formaciones pacten históricamente sin problemas.
En los pasados comicios, ambas marcas se presentaron en una lista unificada con el nombre de Navarra Suma+, logrando cosechar unos buenos resultados, pero que resultaron insuficientes para formar gobierno en una comunidad crecientemente de izquierdas, con un PSOE que no le hace ascos a pactar con el independentismo, ya sea la confluencia socialdemócrata de Geroa Bai (PNV y otras formaciones menores), o sea Bildu y la izquierda abertzale en sus distintas formas.
Asimismo, la irrupción de Vox en tierras navarras se ha visto perjudicada por la dificultad que existe, a nivel autonómico pero sobre todo nacional, para obtener representación parlamentaria en una comunidad de menos de 800.000 habitantes con un panorama político tan polarizado y fragmentado.
El votante de derechas concentra su voto en UPN, que además de partir de una posición favorable por su trayectoria, implantación y poder electoral, defiende insistentemente los fueros.
Esto último es algo que Vox no hace en virtud de su máxima de que todas las regiones españolas deben gozar del mismo status, lo que le perjudica electoralmente en Navarra porque la gente no está dispuesta a perder la foralidad de su región.
¿Qué futuro tiene el españolismo en Navarra?
Queda un año para las elecciones autonómicas y municipales y todavía no sabemos si PP y UPN concurrirán juntos, algo muy probable de cara a optimizar sus opciones.
Tampoco sabemos cual será el resultado de Vox, que casi con toda probabilidad concurra en solitario en tanto que tiene la representación casi asegurada según las encuestas.
No obstante, todo sugiere que la derecha españolista en su conjunto va a tener muy complicado recuperar el poder en las tierras de Sancho el Fuerte el año que viene.