Columna de La Reconquista | “¡Me dueles, España, Madre, tierra tan bella y sagrada!”

¡Me dueles, España, Madre,

tierra tan bella y sagrada,

pues hoy tus hijos ya sufren

con sangre, sudor y lágrimas!

¿Cómo no ha de lamentarse

un hijo ante tal desgracia,

al ver su Madre bendita

tan sufriente y tan vejada?

Inefables villanías

y atropellos aún te faltan

para que vuelvas a ser

Madre de todos, España…

Porque felones abundan

que hasta a su Madre atacan,

¡no sufras más, Patria mía,

ya tus fieles se levantan!

Y es que rigen tus destinos

políticos sin entrañas,

que hablan, discuten y arguyen

pero por Ti, ¡no hacen nada!

¡Me dueles, España, Madre,

tierra tan bella y sagrada,

pues hoy tus hijos ya sufren

con sangre, sudor y lágrimas!

Tú eres de Dios predilecta,

tierra de glorias sin par,

aunque gentes tan abyectas

ya te quieran repudiar.

¿Olvidan que tú, mi España,

que al mundo supo alumbrar,

hoy necesitas de todos

para a todos auxiliar?

¡Fecunda y gloriosa Patria,

honra del mundo sin par,

en las artes, en las letras,

en las armas y en la paz!

¡Me dueles, España, Madre,

tierra tan bella y sagrada,

pues hoy tus hijos ya sufren

con sangre, sudor y lágrimas!

De Compostela hasta Ampurias,

de Covadonga al Peñón,

tus glorias no son espurias,

¡son ejemplos de valor!

Valor en fe y en nobleza,

en sacrificio y tesón,

en cultura y fortaleza,

en amor y devoción…

¿Cómo ha llegado, oh Madre,

tu sino a tal postración?

Por tus hijos, hoy cobardes,

que no respetan tu honor.

¡Me dueles, España, Madre,

tierra tan bella y sagrada,

pues hoy tus hijos ya sufren

con sangre, sudor y lágrimas!

Pero no hay desesperanza,

ni profecías ni agüeros

que puedan ya sin tardanza

apaciguar mis anhelos.

Porque sé que Tú aún vives,

en cada hijo estás dentro,

y sufriente, aún existes

para darnos tu consuelo.

¡No temas, Amada Madre,

Patria querida y tan santa,

no tomaremos en balde

tu nombre sagrado: España!

Regresarán, sí, los tiempos

de aquellas eras pasadas,

sin nostalgias ni lamentos,

pero aprendidas las cartas:

Si Roma no paga traidores,

¿por qué los paga mi España?

Se nos suben los colores

a quienes te amamos, Patria.

Aprendida la lección,

bien sufrida y constatada,

¡retomaremos la acción

por el bien, y por Ti, España!

¡Me dueles, España, Madre,

tierra tan bella y sagrada,

pues hoy tus hijos ya sufren

con sangre, sudor y lágrimas!

Mas no debo lamentarme,

Madre querida, mi amor,

porque no está en postrarse

solucionar tu dolor.

He de elevar mis palabras,

y mis manos, y mi voz,

para gritar: ¡Viva España,

Tierra bendita de Dios!

@LaReconquistaD

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