Che Guevara: ¿Por qué le llaman libertador cuando fue un asesino de masas? | Parte II

Las mofas y befas a los homosexuales

Algunos chicos tenían aspecto de afeminados, los ponían a parte, siempre de rodillas cara a cara con los guerrilleros. Los soldados se mofaban, les ridiculizaban, les insultaban o peor aún, a varios de estos chicos, al parecer, el Che hizo que se pusieran unos harapos de mujer y les hizo desfilar por toda la calle principal del pueblo, haciéndoles mofa y befa, agrediéndoles y escupiéndoles. En otra ocasión, según le declararon a Juan testigos presenciales, cogieron a un chico, al parecer homosexual, lo ataron de pies y manos, y un guerrillero, a órdenes del Che, lo empaló por sus partes hasta que el chaval murió. Aquellos mercenarios se reían de aquella atrocidad, aquel asesinato, como tantos y tantos otros que fueron dejando en nombre de la revolución. Parece que esto era una práctica habitual con los homosexuales, o les empalaban, o les llevaban a trabajos forzados, o les obligaban hacer actos que hasta para escribirlos y describirlos me resultan indescriptibles, abominables e inenarrables por su dureza.

Las expropiaciones violentas a punta de fusil (¡o te vas o mueres!)

Juan investigó también cientos de casos donde los guerrilleros se presentaban junto al Che, u otros mandos, entraban en casas que les eran atractivas, sacaban a todo el mundo con lo puesto y les culminaban a abandonar la casa, incluso les amenazaban de muerte para que abandonaran Cuba de la forma que fuere y dejar tal cual sus haciendas, propiedades, enseres etc. amenazándoles de muerte si un día decidieran volver a Cuba. Por esta razón, donde despojaban de sus casas a los pobres cubanos, en aquellos años del comienzo de la revolución, hubo una diáspora de miles y miles de cubanos que huían por tierra, mar y aire hacia todas partes (recordemos “el éxodo de los balseros”) que huían en balsas maltrechas, fundamentalmente a los países más cercanos, por ejemplo, a La Florida, EE. UU, donde pedían asilo, protección, o simplemente comida y agua.

Quién fue el Che

Ernesto Guevara, nació en Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928 y murió​ en La Higuera, Bolivia, el 9 de octubre de 1967. Estudio medicina, pero en cuanto pudo su profesión fue la de guerrillero, político, escritor, periodista y revolucionario comunista que se nacionalizó cubano. Pero ante todo ese currículum que parece salido de una sacristía de una capilla universitaria, escondía la faceta más desconocida de este asesino de masas, su sociopatía más asesina. Un hombre sin escrúpulos, un sociópata de libro que utilizó las revoluciones para aniquilar a centenares de seres humanos indefensos, pues no solo fue la revolución cubana, sino que inició varias revoluciones, asaltos al poder, o simplemente guerras y guerrillas en diversos puntos de América Latina, como Guatemala, Nicaragua, Perú, Colombia, Venezuela o la misma Argentina. Más tarde también lo intentó en La República del Congo, África. Se estima que fueron más de 7300 personas asesinadas solo en la revolución cubana, entre el 26 de julio de 1953 y el 1 de enero de 1959 entre el tándem Fidel Castro-Che Guevara. Claro, eso sin contar con la de decenas de muertos desde aquello hasta nuestros días, pues aún siguen asesinando a gente dentro y fuera de las cárceles cubanas.

Los fusilamientos públicos, todo un espectaculo para el Che

El Che Guevara asistía a muchos de los fusilamientos que se hacían por doquier en muchos lugares de Cuba, llevados a cabo tras juicios sumarios en el primer año de la Revolución y posteriores. Los cubanos, que le temían, lo llamaban “el carnicerito de La Cabaña”. En 1959 entró en La Habana y pronto se hizo con el control de la fortaleza de San Carlos de La Cabaña, donde ordenó el asesinato de miles de hombres. Su divisa era: «Ante la duda, mata».

Ernesto Guevara: «Fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario»

Los pensamientos de este criminal son de una crueldad que asustan a cualquier mortal y demuestra quien fue este asesino: «¡Los jóvenes deben aprender a pensar y actuar como una masa! ¡Es criminal pensar como individuos! ¡El odio es el elemento central de nuestra lucha! «El camino pacífico está eliminado y la violencia es inevitable. Para lograr regímenes socialistas habrán de correr ríos de sangre». O comentarios, expresiones o frases racistas, como: «Los negros, esos magníficos ejemplares de la raza africana que han mantenido su pureza racial gracias al poco apego que le tienen al baño, han visto invadidos sus reales por un nuevo ejemplar de esclavo: el portugués»

Le gustaba presenciar el germen y el fruto de su sociopatía y criminalidad hasta el punto, que, si podía, no se perdía un fusilamiento. Se me hace difícil describir tanta abominación, tanto odio, tantas formas de hacer sufrir a sus compatriotas, a sus congéneres, a las pobres víctimas de un asesino de masas que aprovechó el poder que le dio una guerra para seguir matando y exterminando seres humanos allí donde llegaba su maléfica y asesina revolución.

El blanqueamiento de un sociópata asesino

Luego está la otra cara del Che Guevara. La cara «amable» la cara que esconde la sangre derramada, la cara de los que omiten, callan o silencian los miles de asesinatos cometidos por él u ordenados por su psicópata mente criminal. Una cara en las camisetas, en las gorras, en un sinfín de merchandaising, de la cara «humana» que una parte del mundo traga, asume, ensalza como libertador, como aquel supuesto «héroe» que va haciendo el bien, que va liberando a esclavos de alguna tiranía, de un supuesto salvador de almas prisioneras del mal. ¡Dios, cuanta ignorancia! Si esas pobres almas que ensalzan a este criminal sanguinario supieran quien fue de verdad, todos aquellos que visten orgullosos esas prendas de aquel falsario héroe, se convertirían en estatuas de sal al saber que han estado llevando la imagen de un genocida sin alma, sin corazón y sin la más mínima empatía humana. Cuando veo a muchos gays, o a esos jóvenes, o no tan jóvenes lucir en sus vestimentas la cara de este criminal, siento pena por ellos, pues de haberse tropezado en su tiempo con él, hoy estarían luciendo, no su rostro, sino la mortaja mortuoria de su final.

Es incomprensible que, en el siglo de la modernidad, de la tecnología, del saber, del conocimiento haya tantos millones de imbéciles, cretinos, o simplemente ignorantes los días pares, tontos los días impares y adoctrinados a tiempo parcial. No lo sé, pero que se arrodillen ante un asesino de masas, un criminal sin escrúpulos, que masacró a hombres, mujeres y niños sin razón, sin piedad y sin temblarle el pulso es de una ignorancia que roza la estulticia más repulsiva, colectivista, maniquea y criminosa. Es como si los americanos lucieran en sus camisetas a “El carnicero de Milwaukee”. O los rusos a «el carnicero de Rostov«. O los jóvenes españoles llevaran camisetas del “Mataviejas” o del “Asesino del naipe”

Pero en donde mejor se muestra esta sociedad desquiciada, es en muchos organismos oficiales carentes de principios y de valores, siendo el summum de la ignorancia. Por ejemplo, los innumerables ayuntamientos de pueblos y ciudades de España que lucen y, por lo tanto, ensalzan la figura del Che Guevara llevando su nombre en muchas de sus calles o avenidas.

Claro, a estas alturas, no nos podemos sorprender, tenemos en el parlamento de España a defensores y a los herederos de los asesinatos más horrendos y descarnados de nuestra democracia: la ETA. En ningún país civilizado que valore los derechos humanos lo hubiera permitido, pero como bien dicen los “guiris”, “Spain is different”. Y tan different. Aquí nos tragamos a los asesinos, pero antes, nos los envuelven para regalo.

Entonces, de qué extrañarse porque medio mundo ensalce y haga apología de los asesinatos en masa, de uno de los autores de la revolución cubana, que asesinó a placer y por placer, a hombres, mujeres y niños sin importarle lo más mínimo la vida humana. Esto es lo que ya tenemos en España, de momento solo la ideología criminal, pero indubitadamente ellos quieren llegar a consumar la “socialización del asesinato”, como ya lo hizo en Cuba y en el resto de revoluciones, donde llegó este sanguinario Ernesto Guevara a imponer, ejecutar y ordenar sus asesinatos masivos.

D.E.P. a todas las victimas del Covid

He querido escribir este artículo, donde tomo como base aquellas confidencias de D. Juan Aroca Sanz, para rendir un sentido homenaje a todas las victimas que han muerto por la pandemia del covid, especialmente a todos aquellos que murieron en la más absoluta soledad, que fueron la mayoría, sin el acompañamiento de sus familiares y a todos aquellos que se nos han ido, incluso sin aun saberlo.

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