El Ayuntamiento de Barcelona de Ada Colau, está preparando una nueva tasa para gravar el comercio electrónico.
Este nuevo impuesto gravaría el uso de la vía pública. O lo que es lo mismo, obligará a que las empresas tributen por estacionamiento regulado en la calle para entregas a consumidores finales.
Esto significa, que cuando las empresas de reparto o tiendas tengan que hacer entregas procedentes del comercio electrónico a un particular, tendrán que abonar una tasa extra por aparcar.
Los damnificados directos son las empresas de reparto cuando las entregas sean del comercio electrónico, pero las plataformas también están incluidas.
Todavía no se conoce el tipo de gravamen, ni cómo se regulará.
Lo que sí es seguro, es que esta medida encarecerá los gastos de envío a Barcelona considerablemente.
El que la carga económica de la tasa recaiga sobre los repartidores, en vez de sobre las plataformas, «tiene un problema, puesto que la mayoría de los repartidores son autónomos, es muy probable que esta tasa acabe por repercutir directamente en sus márgenes de beneficios y sean ellos los que paguen en lugar de grandes operadores del sector, que ya ajustan mucho los márgenes para dichos repartidores. Es el mismo problema de la tasa Google que al final recae en el punto más débil de la cadena de distribución».
Otra tasa que también se está preparando, se enfocará en asignar zonas de reparto específicas para el comercio electrónico. Es decir, que buscan que cuando los operadores descarguen en las zonas de la ciudad que especifiquen para poder repartir las entregas, necesitarán obtener una licencia municipal.
Así pues, se crearán zonas de estacionamiento regulado específicas a cambio de abonar una tasa.
El gobierno municipal asegura que estas tasas buscan favorecer al pequeño comercio y afirma querer utilizar la recaudación para ayudar a la digitalización de estas tiendas.