Acuerdo entre las izquierdas y ultraizquierdas en Francia para concurrir juntas a las elecciones legislativas del próximo junio

Tras la implosión del Partido Socialista francés en las pasadas elecciones presidenciales de la Quinta República Francesa, la izquierda y extrema izquierda galas parecen decididas a reorganizarse y dejar las diferencias de lado para confluir juntas en las distintas listas

El Partido Socialista francés anunciaba ayer haber alcanzado un principio de acuerdo con ‘La Francia Insumisa‘ de Mélenchon para ir en coalición a las elecciones legislativas.

El anuncio, esperado por gran parte de la izquierda, ha sido mal visto por dirigentes del Partido Socialista de París, actualmente el único gran bastión del partido en Francia. Los problemas de esta rama del PS no son tanto ideológicos como de interés político y personalista.

En París califican la confluencia como ‘una ofensiva de Mélenchon contra Hidalgo’. Creen desde el PS de la capital que el objetivo del izquierdista es acabar con la carrera política de la alcaldesa y que apostar por un pacto podría significar la fagocitación de los insumisos del tradicional partido y la pérdida total de votantes de centro izquierda en favor de Macron.

Si se ratifica el acuerdo por las bases llamadas a votar, existirá una candidatura integrada al menos por LFI, los verdes, comunistas y socialistas, a la que seguramente se unirán también los anticapitalistas.

Algo así no tiene precedentes desde los años 30 del siglo XX. En aquellos años en Francia, como en España, socialistas y comunistas formaron distintos ‘frentes populares’ de cariz revolucionario, para enfrentarse conjuntamente a liberales, conservadores y nacionalistas.

Una insólita alianza

El viejo PS y el Partido Verde han dejado ya cualquier disfraz de centrismo o moderación y no han puesto grandes pegas a confluir con la extrema izquierda representada por Jean Luc Mélenchon, que en las pasadas elecciones se convirtió, por mucho, en el líder de la primera fuerza política a la izquierda de Macron, muy a la izquierda.

El partido La Francia Insumisa que preside Mélenchon vendría a ser algo así como un Podemos o Izquierda Unida en España. Sin connivencia con los separatismos periféricos (por poner una diferencia sustancial), pero con una extraña alianza con el radicalismo islámico, cada vez más presente en la sociedad francesa, eso sí.

A su radicalismo ideológico hay que sumarle que dicho partido ya ha firmado alianzas con comunistas y ultracapitalistas a su izquierda. Nada de lo anterior parece haber disuadido a socialistas y verdes de pactar con Mélenchon.

¿Alianzas en centro y derecha?

Algunos ya prevén un sistema de alianzas semejante en torno a Macron, que debe asegurarse una gran mayoría legislativa si quiere gobernar tranquilamente los cinco próximos años.

A los candidatos de La República en Marche que lidera Macron (socioliberalismo) les conviene volver a confluir junto a partidos centristas y democristianos, como en anteriores comicios. Pero muchos asumen que también debería hacerlo junto a Los Republicanos (el viejo partido de centroderecha que ahora, al igual que el PS, está en sus horas más bajas y no para de desangrarse por la derecha).

Una alianza entre estas fuerzas podría arrasar en la mayoría de municipios de Francia, más aún si tenemos en cuenta que el sistema electoral francés es de doble vuelta, y que en esas dobles vueltas rara vez se imponen candidatos a la izquierda del PS o a la derecha de Los Republicanos.

Asimismo, el terreno hacia una alianza de las fuerzas, cada vez más relevantes, a la derecha de Los Republicanos, parece cada vez más abonado.

Las relaciones entre Le Pen y los gaullistas de Dupont Agnan hace años que son buenas.

Aunque el polémico candidato Zemmour ha sido crítico con Le Pen y tiene un programa mucho más liberal en lo económico que esta última, ya en la pasada segunda vuelta de las presidenciales pidió el voto para ella. Los programas de ambas fuerzas en materias como inmigración, seguridad, patriotismo son parecidos o, en cualquier caso, bastante compatibles. Pero la idea que quizás más pueda unirles en estos momentos es la de reducir al viejo partido de centro derecha, del que procede Zemmour, a cenizas. Esto les permitiría acabar con el consenso globalista y woke de las últimas décadas entre las principales fuerzas políticas francesas y recoger así la mayor parte de los votos conservadores (todos los que no se vayan a Macron).

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