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A propósito de Pablo Iglesias, Cánovas y Donoso Cortés

Hace pocos días se celebró la fallida moción de censura presentada por VOX contra la nefasta y más que reprobable gestión gubernamental de la pandemia sanitaria y económica que está sufriendo España desde el mes de marzo.

No es mi intención en este artículo analizar los pros y los contras de la iniciativa parlamentaria presentada por el partido que lidera Santiago Abascal sino llamar la atención al lector sobre un tema que debería ser de la más candente actualidad: la patente ignorancia que la mayor parte de nuestra clase política manifiesta hacia la historia de su país, especialmente en lo que concierne a la historia del pensamiento político.

No es ningún secreto que el Congreso de los diputados esté convirtiéndose rápidamente en un teatro rufianesco y carnavalesco, cuando no siniestro, en el que una serie de diputados se dedican a soltar sandeces, improperios, barbaridades e insultos a diestro y siniestro. No obstante, mi sorpresa fue mayúscula al escuchar de voz de un profesor de ciencias políticas como Pablo Iglesias una de las mayores expresiones de ignorancia histórica y política nunca proferidas en la cámara baja. Fue durante su envenenada felicitación a Pablo Casado por el voto negativo a la moción.

En efecto, Pablo Iglesias, después de felicitar a Pablo Casado, le espetó que ya era tarde para que el partido que dirige recuperara una línea de derecha moderada e inteligente heredera del pensamiento de Cánovas del Castillo o de la democracia cristiana representada por Juan Donoso Cortés.

Seguramente, a los lectores más cultos o interesados en nuestra historia política les sonará el nombre del insigne malagueño Antonio Cánovas del Castillo, artífice de la vuelta a la Monarquía después del primer experimento republicano en España (1873-74) y Presidente del Gobierno varias veces durante el período de la Restauración monárquica. En cambio, ya es mucho más difícil encontrar a alguien que recuerde el nombre de Juan Donoso Cortés, no digamos ya que conozca su pensamiento político.

Pablo Iglesias parece ser una excepción, pero sólo lo parece, ya que sorprende muy negativamente de parte de un profesor titular de ciencias políticas de la Universidad Complutense de Madrid hacer gala de tal nivel de ignorancia al atribuir al Cánovas del Castillo de la Restauración un pensamiento liberal centrista y a Juan Donoso Cortés un pensamiento demócrata cristiano que nunca llegaron a practicar.

¿Cómo se le ocurre a Iglesias situar a Cánovas a la izquierda de Pablo Casado? ¿Cómo es posible que Pablo Iglesias haya transformado a un referente del pensamiento reaccionario e integrista decimonónico como Donoso Cortés en un abanderado de una tendencia política, la democracia cristiana, que aparecería a principio del siglo XX en Europa y que en España estaría representada por una CEDA, cuyo líder José María Gil Robles es tildado de fascista por esta misma izquierda día tras día?

Para el lector profano en la materia voy a resumir a grandes líneas la esencia del pensamiento de Cánovas y de Juan Donoso Cortés.

Juan Donoso Cortés fue político, diputado, diplomático y filósofo y es el mayor representante en España del pensamiento reaccionario de derechas europeo, nacido de la mano de plumas tan brillantes como las de los franceses Joseph de Maistre y Louis de Bonald. Donoso Cortés, que en un principio estuvo ubicado en las filas del liberalismo moderado, fue evolucionando al calor de los acontecimientos en Europa hacia una firme oposición al parlamentarismo, al liberalismo y a la democracia. En este sentido, es interesante señalar el odio y rechazo de este filósofo hacia un liberalismo al que hacia responsable de abrir las puertas a la inestabilidad, el caos, la revolución y el socialismo.

Por otro lado, Antonio Cánovas del Castillo no se caracterizó nunca por su amor a la democracia y a lo largo de su vida no sólo reforzó sus firmes convicciones monárquicas y centralistas, sino que, además, apostó cada vez con más fuerza por un paternalismo social que aminorara la monstruosa desigualdad de la época y las penosas condiciones de la mayoría de trabajadores del campo y de la ciudad y rechazó con firmeza tanto el librecambismo como el cosmopolitismo liberal.

Así pues, en ningún caso puede asociarse la figura de un Pablo Casado, cada vez más cercano al llamado centro progresista, con la de un estadista conservador como Cánovas del Castillo, ni mucho menos con la de Donoso Cortés. Ambas figuras están muy a la derecha de éste. En el caso de que tuviéramos que enmarcar al líder popular en alguna tradición política decimonónica sería en la del liberalismo de Práxedes Mateo Sagasta.

En cuanto a la tradición de Donoso Cortés, sólo hay un partido en España que hunde sus raíces y que mantiene formalmente una relación filogenética con en el Integrismo al que perteneció esta figura, a saber, el PNV, el mismo partido que sostiene la coalición de PSOE y PODEMOS y que gobierna con los socialistas en el País Vasco. Evidentemente, el PNV de la actualidad nada tiene que ver ya con el Integrismo, pero, puestos a buscar similitudes y vinculaciones, el señor Pablo Iglesias podría haber mirado a sus socios vascos. Pero en este caso se trata de una verdad incómoda.

No, señor Iglesias, si hay alguien en la política española que pueda encarnar la tradición monárquica, centralista, proteccionista y paternalista de Cánovas del Castillo (exceptuando los aspectos más negativos como el caciquismo y la desconfianza hacia la democracia), éste es Santiago Abascal y su grupo parlamentario.

España y su congreso se merecen más respeto, nivel intelectual y claridad. No les hemos votado para que pierdan el tiempo desinformando a los ciudadanos.

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